¿Existen las Coincidencias?

Todo el mundo piensa que cuando se produce una coincidencia es fruto de casualidad, sin embargo, si lo miramos más detenidamente, podemos observar que las casualidades se manifiestan en asuntos en los que estamos inmersos en ese momento y que aparentemente no sabemos cómo solucionar.

Carmen Tito Sánchez
Carmen Tito Sánchez
20 de February · 426 palabras.
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🕘 Resumen

La sincronicidad es definida por Carl Jung como una coincidencia significativa de dos o más eventos no relacionados causalmente entre sí, en la que está implicada algo más que la probabilidad aleatoria. Podemos llamarle casualidad, coincidencia o sincronicidad, pero siempre encontramos casualidades curiosas en nuestra vida diaria. La gente nos cuenta anécdotas de sucesos graciosos, de algo que les ha pasado y muy a menudo gratamente. Si miramos en retrospectiva, en cerca del noventa por ciento de las casualidades o cadenas de casualidades, los resultados suelen ser siempre positivos. Podemos poner en contacto el mundo del espíritu y el mundo de la materia, porque la casualidad aparenta ser una respuesta a un deseo tuyo que anteriormente expresaste y parece que la naturaleza estuviera dispuesta a sintonizar todo a nuestro alrededor. Quizá podríamos usar las casualidades a nuestro favor, pero no será que nosotros no conocemos bien las leyes que rigen estos asuntos y actuamos siempre de una manera lógica. Por ende, es importante estar abiertos a las posibilidades y dejar que la sincronicidad fluya.
¿Crees que es casualidad que una gota que cae en el agua formando círculos lo haga siempre en el mismo centro de todos ellos aunque estos sean de muy diferentes tamaños? ¿O podría ser que la gota estuviera marcando una sincronía y un orden y que los círculos estuvieran dispuestos a obedecerla? ¿Podríamos poner un pensamiento nuestro, algo que quisiéramos conseguir a trabajar y a sintonizar todo a nuestro alrededor para que se alineara con nuestros deseos?

Carl Jung definió la sincronicidad como "una coincidencia significativa de dos o más sucesos no relacionados entre sí causalmente en la que está implicada algo más que la probabilidad aleatoria".

Ciertamente podemos llamarle casualidad, coincidencia o sincronicidad o como queramos decirle pero a poco que miremos en nuestra vida diaria siempre encontramos casualidades curiosas que la gente te cuenta en una lista inacabable de sucesos graciosos, de algo que les ha pasado, que les sorprendió y muy a menudo gratamente. Porque a Dios gracias en cerca del noventa por ciento de las casualidades o cadenas de casualidades los resultados suelen ser siempre positivos. ¡Qué casualidad!

Saca el tema en una conversación de un grupo de personas reunidas y enseguida se animarán a referir mil y una anécdotas que han vivido en si mismas o en otras personas. Y casi siempre cosas buenas. Porque no me digas que no te ha pasado alguna vez que pensaste que hacía mucho que no ves a una persona y la ves al día siguiente de decirlo o que hace tiempo no sabes de un amigo y de pronto te llama por teléfono o que andabas mal de dinero y te dan algo que tenías ya hasta olvidado.

Pues yo me pregunto si dando la vuelta al asunto, no podríamos usar esta vez las casualidades a nuestro favor, porque visto asi la casualidad aparenta ser una respuesta a un deseo tuyo que anteriormente expresaste y parece que la naturaleza estuviera dispuesta a poner en contacto el mundo del espiritu y el mundo de la materia.

Pero ¿no será que nosotros no conocemos bien las leyes que rigen estos asuntos, y actuamos siempre de una manera lógica sin esperar a que haya algún cambio imprevisto? ¿Por qué siempre nos empeñamos en que las cosas pasen de la misma manera, como pasaron otras veces, hace años, hace siglos? ¿Por qué nos cerramos empeñosamente a abrir nuestra intuición y nos da miedo esperar cosas mejores que las que hemos tenido hasta ahora?

Carmen Tito Sánchez
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http://www.psicografologia.net/
http://psicologia-grafologia.blogspot.com

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