Cómo Responder Preguntas en una Presentación

Responder preguntas en una presentación pública puede suponer un quebradero de cabeza. En este artículo se analiza como afrontarlas con solvencia y hacer que éstas sean una ayuda para el orador y le aporte más credibilidad.

Guillermo Rospigliosi
Guillermo Rospigliosi
5 de August · 782 palabras.
x

🕘 Resumen

El artículo se enfoca en la importancia de saber manejar las preguntas del público cuando se realiza una presentación. Aunque se haya preparado bien el tema, siempre es mejor tener herramientas específicas para manejar las posibles preguntas. Saber cómo responder preguntas es una oportunidad de aclarar puntos que puedan haber quedado poco claros o que susciten dudas. También es una oportunidad para interactuar con la audiencia y añadir y reforzar alguna idea que se quiera transmitir. El responder preguntas dota de dinamismo y frescura a cualquier presentación y permite ampliar información sobre el tema en cuestión. Se recomienda repetir la pregunta con las propias palabras para asegurarse de que se ha comprendido bien y tener tiempo para pensar la respuesta. También se sugiere estudiar y preparar posibles preguntas antes de realizar la presentación y tener en cuenta el lenguaje corporal y tono de voz al responderlas. Contestar preguntas correctamente ayuda a ganar la confianza del público y a generar una imagen de experto en la materia. Por el contrario, si no se responde a las preguntas o se duda, se puede generar desconfianza y una imagen menos experta. En definitiva, saber responder preguntas es clave para una presentación exitosa.
 Una de las preocupaciones que se plantean a los oradores, sobre todo a los noveles, es cómo manejar las posibles preguntas que puedan surgir del público. Aunque hayas preparado muy bien tu presentación, y domines muy bien el tema del que vas a hablar es siempre mejor tener herramientas específicas para manejar las preguntas que puedan surgir. Este tema es especialmente importante en un entorno laboral o de negocios.
Saber manejar las preguntas que surjan del público, aparte de que te da más tranquilidad y una sensación de ir más preparado también es una buena oportunidad para aclarar puntos que hayan quedado poco claros o que susciten dudas. Debes pensar en las preguntas como parte de una ponencia, es lo normal que surjan preguntas.
El responder preguntas aparte de interactuar con la audiencia, dota de dinamismo y frescura a cualquier presentación, discurso o ponencia y te permite ampliar información sobre el punto que te pregunten o incluso añadir y reforzar alguna idea que te interese. Cuando contestas preguntas vas ganando puntos delante de la audiencia y te vas generando poco a poco una imagen de experto en la materia con lo cual generarás mucho más confianza al auditorio. Por el contrario si dudas o simplemente no das lugar a turno de preguntas la sensación que causas es exactamente la contraria.
Para optimizar tus repuestas y que éstas sean lo más convincentes, puedes tener en cuenta las siguientes pautas:
1.- Cuando te hagan una pregunta repítela y dila con tus propias palabras, es decir, replantéala. De esta manera te aseguras de que has entendido bien la pregunta y que es exactamente lo que te están preguntando. Hay veces que un matiz o una palabra mal interpretada, en el sentido de que puede significar otra cosa para tí que para el que la ha formulado, puede provocar que des una respuesta errada o que se desvíe de la verdadera intención de la pregunta. Además te da tiempo a pensar bien la respuesta y a que todo el público escuche la pregunta y estén más atentos a tu respuesta.
2.- Estudia y prepara las posibles preguntas que puedan surgir en la presentación. Esto es, mientras preparas la ponencia puedes hacer una lista con las preguntas que tú crees que te pueden hacer. Ponte en el lugar del público y piensa las dudas que puedan surgir o practica con una persona que nunca antes haya oído la exposición que vayas a hacer y dile que te plantee las posibles dudas. De esta manera van surgiendo las posibles preguntas y te las preparas bien, así además de preparar mejor la presentación con todo lo que esto conlleva,vas bien preparado a posibles preguntas y tu confianza aumenta.
3.- Recuerda que cuando estás delante de un escenario haciendo una exposición el que manda eres tú y quien lleva el ritmo de la ponencia y los tiempos eres tú, por lo que además de ser la única persona de la sala que sabe que va a decir a continuación también eres tú el que debe marcar el tiempo de las preguntas. Lo más aconsejable es que desde el principio digas que las preguntas quedan para el final, cuando acabes de exponer todo lo que tienes que decir. Una buena razón para esto, es que a lo mejor a alguien le surje una duda que se va a resolver a lo largo de la ponencia y no es bueno que esta se interrumpa constantemente ya que corta el ritmo. No permitas que nadie te corte a mitad de exposición, con educación pero de una manera firma has de hacerle entender que las preguntas son al final.
4.- Si hay alguien que no queda contento con tu respuesta, aunque ésta sea la que corresponde o la que tú consideras que es la correcta también de forma educada pero firme tiene que saber que lo que tú consideras correcto es lo que estás contestando y que si quiere intercambiar puntos de vista diferentes puede quedarse al final de la charla para hablarlos, lo que no puedes permitir es que te quite el protagonismo o que quiera saber más que tú de lo que estás exponiendo. Además no le puede quitar el turno de preguntar a alguien que quiera intervenir y por razones de tiempo no pueda hacerlo.
Recuerda que cuando el público hace preguntas es un claro indicativo de que han estado atentos e interesados en lo que les has expuesto y nunca olvides que mientras estás respondiendo las preguntas, aún estás en la ponencia o presentación que estés haciendo. Sigue contestando con la misma pasión y cuidando el lenguaje no verbal como cuando estabas en mitad de la ponencia.
 Guillermo Rospigliosi
www.exitopersonal.net

Comparte tu conocimiento y tus intereses con el mundo.

Publica un artículo →