Consejos de seguridad para la habitación del niño

Su hermosa guardería meticulosamente decorada para su bebé puede llegar a convertirse en un parque infantil peligroso cuando su pequeño empiece a gatear e intentar dar sus primeros pasos dando tumbos todo al rededor.

Santiago Vargas
Santiago Vargas
1 de April · 1348 palabras.
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🕘 Resumen

El artículo ofrece consejos sobre cómo hacer que el dormitorio de tu bebé sea más seguro. A medida que tu bebé comienza a explorar su entorno, los objetos frágiles y los juguetes pueden convertirse en peligros potenciales. Es importante quitar los objetos frágiles y retirar los juguetes de su alcance una vez que son capaces de mantener el equilibrio y mantenerse de pie en la cuna. Además, es importante cambiar los rieles protectores de la cuna y colocarlos en la posición más baja para que el niño no pueda alcanzarlos. Mantén la baranda móvil de la cuna mientras tu hijo es lo suficientemente pequeño para bloquearle el paso. Pero cuando ya ha crecido y ha superado cierta altura, es el momento de pensar en su traslado a una cama grande. Si tu hijo no está listo para una cama de tamaño adulto, una cama infantil o poner el colchón de la cuna en el suelo puede ser una buena opción. En general, mantén el espacio lo más seguro posible para que tu hijo pueda explorar sin riesgos de lesiones.

De repente cada pieza de decoración, cada juguete, la muñeca de porcelana que heredo de su abuela y que le parecía un buen toque para aquella repisa, el florero de la cómoda, los portarretratos con la foto del bautismo; todo ahora es un peligro potencial para el pequeño explorador que buscará treparse por todas las superficies. Así que mejor guarde todos los objetos que sean frágiles y tome alguno de estos consejos para que el dormitorio de su hijo sea más seguro:

Una vez que su niño puede mantener el equilibrio y mantenerse de pie dentro de la cuna, es un buen momento para retirar el móvil y todos los juguetes que dispuso encima de la cuna, colgando de ella. El niño muy probablemente tratará agarrarlos y si pierde el equilibro, corre el peligro de que se le caigan encima. Y si es muy pequeño, todavía no tendrá un control pleno de sus movimientos, lo que implica correr el riesgo de que se quede enredado entre los hilos de las decoraciones pudiendo hacerse mucho daño e incluso correr el riesgo de estrangulamiento.

También es momento de cambiar los rieles protectores de la cuna. Si bien en un momento servían para mantenerlo seguro dentro de ella, ahora son una potencial escalera para subir y salir a su antojo- y el piso está mucho más alejado, así que una caída desde esa altura puede ser muy peligroso. Así que, mientras todavía esté usando la cuna, cambie la posición del colchón a la más baja, para que el niño no pueda alcanzar los rieles tan fácilmente.

Mantenga la baranda móvil de la cuna mientras su hijo es todavía lo suficientemente pequeño para poder bloquearle el paso. Pero cuando ya haya crecido y haya superado las 35 pulgadas- equivalente a unos 89 cm- de altura, y con o sin baranda puede subir o bajar de la cuna, es el momento de pensar en su traslado a una cama grande. Si su hijo no está listo para pasar a una cama de tamaño adulto, puede facilitar la transición de la cuna a una cama grande usando una cama infantil o simplemente poner el colchón de la cuna, o un colchón normal, en el suelo para empezar. De este modo, se asegura de que el chico no se caiga por las noches mientra está dormido.

La ventaja de las camas infantiles es que ya vienen con barandas de seguridad en los laterales para brindar un sueño seguro, pero igual se pueden conseguir unas barandillas individuales para colocarlas en una cama de tamaño adulto. Recuerde que los niños están acostumbrados a dormir en cuna, lo que significa que están acostumbrado a dormir en espacios cerrados, por lo que poner unas pocas almohadas o su colchón de cuna en el suelo al lado de su cama grande pueden ser otro método para marcarle los límites de su cama y que el niño pueda acotarse seguro sin correr peligro de caerse mientras sueña.

Una vez que su hijo es mayor de 9 meses y empieza a entrar en la infancia. Como empiezan a descubrir un mundo nuevo de movimientos, seguro que no podrá hacer que se quede quieto ni por un segundo, explorando todo lo que pueden hacer sus manitos, y sus brazos, el movimiento de las piernas que empiezan a servir para caminar, saltar y trepar. Su niño empezará a probar de todo, en todo momento, y usted no podrá estar cerca suyo, especialmente a la noche. Así que, para asegurarse de que su hijo no corre peligro, compre pijamas o ropa de cama que le quede ceñido al cuerpo. Esto se debe a que la ropa de dormir holgada, las camisetas o los camisones, son prendas que se pueden enroscar fácilmente atrapándolo por las noche. Para evitar esto, asegúrese de que la ropa que usa le permite hacer todos los movimientos que quiera, pero que esté lo suficientemente pegada al cuerpo como para que no corra peligro de quedar atrapado en ella.

Nunca deje a su niño sin vigilancia en el cambiador. Los niños pequeños son muy inquietos y les encanta rodar y sentarse en la mesa de cambio, por lo que es posible que necesite cambiar sus pañales en el suelo por un tiempo. De esta forma, si por algún motivo tiene que quitarle el ojo de encima por cinco segundos para buscar un tarro de fécula nuevo, sabrá que su hijo está a salvo de sufrir una caída libre.

Si ve que su pequeño explorador es un fanático de revisar cada cajón al que tiene acceso y cada rincón de la casa. Trate de poner los suministros, como la fécula, la loción, el bálsamo, el aceite de bebé, las tijeritas para las uñas, las toallas, los pañuelos, etc., fuera del alcance de su hijo. Y si resulta que con el tiempo su pequeño se da maña para llegar a los lugares más insospechados, cambie de lugar las cosas.

Elija muebles bajo y robusto para la habitación de su hijo, y si tiene muebles más altos como estanterías y cajoneras, asegúrelos bien contra la pared. A los niños pequeños les encanta subirse a los muebles y pueden tirar los objetos pesados ​​abajo en sí mismos, causándose lesiones graves.

Cuide que los cajones nunca estén abiertos, y dentro de lo posible, ponga unas cerraduras o bloques de seguridad para evitar que su niño pueda abrirlos por sí mismo. De esta forma se evita que se tropiece o golpee con ellos si va corriendo, o que los use de escalera.

También, compruebe que el baúl de los juguetes tenga un buen sistema de bisagras con resortes, de esta forma se asegura que la tapa se mantendrá abierta y que no corre el peligro de que se le caiga encima de sus manos cuando está tratando de sacar algún juguete. Si está utilizando una caja de juguetes hecha a mano o heredada de algún abuelo, considere sustituir las viejas bisagras por unas que tengan resortes. También es conveniente que a los baúles tengan agujeros o algún tipo de abertura para la ventilación, en caso de que el pequeñín se entusiasme demasiado con sus juguetes y quede atrapado en el interior.Y lo que nunca está de más, si todavía no tiene uno, coloque un detector de humo en la habitación de su bebé. Estos han sido algunos consejos para que la habitación de su niño sea más segura. Te envitamos a leer nuestro blog de cama infantil.

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