Curso Maestro Reiki

Un tratamiento de REIKI a otra persona se realiza a través de una sesión que puede durar alrededor de cuarenta y cinco minutos a una hora, donde permanecen en contacto el practicante de REIKI y el paciente o receptor. Específicamente, el tratamiento consistirá en canalizar el KI o la energía vital universal a través del cuerpo del paciente o receptor. Di

Jorge A
Jorge A
15 de October · 709 palabras.
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🕘 Resumen

Durante una sesión de Reiki, el paciente se acuesta en una camilla y no es necesario desvestirse. La energía Reiki puede atravesar diferentes materiales sin problemas, y antes de comenzar la sesión, el practicante y el paciente deben hablar para establecer una buena comunicación y generar confianza en el vínculo. Si el paciente tiene marcapasos o prótesis, esto no es un obstáculo para la práctica de Reiki y no representa riesgos para su salud. Durante la sesión, el paciente debe permanecer en silencio, y el practicante puede comenzar la imposición de manos en la zona afectada si el paciente ha manifestado alguna dolencia en particular. Sin embargo, el practicante suele recorrer todos los chakras o centros energéticos del cuerpo del paciente, y las posiciones de las manos se irán desplazando y colocando en diferentes zonas, a veces de manera intuitiva. Con determinadas imposiciones de manos, el practicante puede sentir una leve vibración o acaloramiento en su propio cuerpo, indicando que su energía está siendo transmitida hacia el paciente de manera efectiva. En general, la sesión de Reiki tiene como objetivo restaurar el equilibrio y armonía del cuerpo y la mente del paciente, y puede ser una terapia complementaria y efectiva en combinación con otros tratamientos médicos.
¿Cómo transcurre la sesión de REIKI? Por lo general, el paciente o receptor se tiende en una camilla donde se encuentre cómodo, sin desvestirse ni nada por el estilo. La energía REIKI tiene el poder de atravesar sin inconvenientes telas, cueros, plásticos, metales. Lo ideal es que antes de iniciar la sesión el practicante y el paciente o receptor tengan un diálogo, donde el primero le puede hacer saber en qué consistirá el tratamiento que le va a proporcionar y el segundo le puede manifestar si concurre por algun problema en particular, así como hacer las preguntas que crea necesarias. De paso, este primer diálogo sirve para establecer una mejor comunicación y para poder generar confianza en el vínculo. Si alguien manifiesta que tiene colocado en su cuerpo un marcapasos o una prótesis de cualquier tipo, eso no constituye un obstáculo para la práctica del REIKI, así como tampoco puede generar inconvenientes que impliquen riesgos en la salud del paciente o receptor.

Una vez que comienza el tratamiento de imposición de manos, el paciente o receptor debe permanecer en silencio y el practicante hará las menores intervenciones verbales posibles. Si antes el paciente o receptor ha manifestado alguna dolencia en particular, el practicante puede empezar la imposición de manos por la zona afectada, para canalizar donde más se necesita la energía. Sin embargo, el practicante suele recorrer con la imposición de manos todos los chakras o centros energéticos principales del cuerpo del paciente o receptor, apoyando levemente las palmas de las manos o dejándolas un poco por encima del cuerpo. Las palmas de las manos se irán desplazando y colocando en posiciones diferentes, aunque a veces se conduzcan de manera intuitiva. Con determinadas imposiciones de manos el practicante puede sentir una leve vibración en sus manos o sentir un acaloramiento en su propio cuerpo, lo que le estaría indicando que su energía está siendo transmitida en forma efectiva hacia el paciente o receptor.

Cuando el tratamiento se realiza a otras personas, por el contrario de lo que es un autotratamiento, no deben apoyarse las manos en las zonas genitales o de los senos para no generar equívocos ni invadir la intimidad del paciente o receptor. No debe haber ningún equívoco mientras se está llevando a cabo el tratamiento, sobre todo para evitar que se puedan provocar distracciones, malos entendidos e incluso interrupciones por parte del paciente o receptor. El paciente o receptor debe permanecer en silencio a lo largo de una hora aproximadamente, tiempo que puede durar la sesión. Por citar un ejemplo, existe una imposición de manos que se lleva a cabo rodeando la garganta, la que vista en imágenes podría parecer que se está intentando ahogar o asfixiar a la persona porque se rodea el cuello con ambas manos. Para que no surjan los equívocos en plena sesión de tratamiento, antes de comenzar conviene contarle al paciente o receptor en qué consiste esa imposición de manos rodeando la garganta. Si no se lo ha puesto antes en conocimiento, tal vez convenga no realizarla para no asustar al paciente o receptor.

Aclaremos un poco más este punto, porque es importante. Siempre es conveniente hablar con el paciente o receptor antes de comenzar la sesión para saber si tiene inconvenientes que las manos se apoyen en algunos lugares de su cuerpo. Aún cuando el paciente o receptor consienta que las manos se posen en su cuerpo, no se debe ejercer presión, frotamiento o masaje, porque no es así como trabaja la técnica de imposición de las palmas de las manos. Tampoco se utilizan cremas, emulsiones ni aceites de ninguna índole. Las palmas de las manos pueden sobrevolar el cuerpo o apenas apoyarse en él. Por otra parte, el paciente o receptor debe permanecer vestido con la ropa que llegó a la sesión. No es necesario que se quite ninguna prenda ni que se ponga una bata, se cubra con una toalla o algo parecido. Tiene que sentirse absolutamente cómodo y predispuesto a la terapia.
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