De las Vacaciones para Pocos a las Escapadas Baratas Al Alcance de Todos: la Evolución del Turismo Siglo Xxi

la forma de encarar la vida en el siglo XXI es sin duda otra. Permitirse disfrutar ya no es un pecado, sino un derecho. Y la industria turística ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos multiplicando la oferta de escapadas cortas que permiten recargar las pilas, relajarse y retomar la intensa rutina

Maria Candela Montenegro
Maria Candela Montenegro
24 de January · 382 palabras.
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🕘 Resumen

El artículo destaca el cambio experimentado por la industria turística en los últimos años, en la que antes se limitaba a unos pocos meses al año, pero ahora cualquier mes del año puede ser una época adecuada para una escapada energizante. Cada vez más familias de clase media eligen viajar durante las vacaciones de invierno y la nueva generación de jubilados, sin obligaciones laborales, están disfrutando de la vida al máximo. La demanda también está multiplicando la oferta, generando posibilidades cada vez más atractivas y accesibles. Hoy, las escapadas baratas de fin de semana pueden incluir servicios de spa, excursiones, degustaciones de productos típicos y práctica de deportes extremos en un marco de playa o montañas, al alcance de buena parte de los trabajadores. Tomarse un tiempo para recargar las pilas, reflexionar o relajarse ya no es un pecado o un derroche, sino un derecho y una necesidad, que la industria turística satisface con un menú de posibilidades casi infinitas.
Hasta hace no demasiados años la industria turística veía limitadas sus actividades a unos pocos meses al año. La infraestructura hotelera y turística en general funcionaba al tope de su capacidad durante los meses de verano, y luego medianamente durante los meses de invierno. La temporada invernal era sinónimo de ski y estaba, por lo tanto, reservada exclusivamente para los sectores de mayor poder adquisitivo.

Por esta razón, resultaba difícil encontrar una buena oferta de escapadas baratas o paquetes convenientes: los largos meses “muertos” del año elevaban sensiblemente los costes, que no eran así capaces de ofrecer promociones ventajosas a los interesados en viajar.

Hoy, ese panorama ha cambiado por completo. Cada vez son más las familias de clase media que eligen viajar durante las vacaciones de invierno, y la idea de que cualquier época del año es buena para una escapada energizante está completamente instalada en el imaginario colectivo. Mucho ha contribuido también a esto la nueva generación de jubilados, hombres y mujeres que se dedican a disfrutar de la vida al máximo.

Para un jubilado sin obligaciones laborales, cualquier época del año es buena para viajar. O mejor dicho, ¿qué mejor que viajar en otoño o primavera, cuando el clima es benigno y los sitios turísticos no se encuentran atestados de veraneantes?

En la actualidad, cualquier mes del año puede traer alegrías a quienes se dedican a la industria turística. Y a la vez, la creciente demanda multiplica la oferta, generando posibilidades cada vez más atractivas y accesibles. Hoy, las escapadas baratas de fin de semana pueden incluir servicios de spa, excursiones, degustaciones de productos típicos y práctica de deportes extremos en un marco de playa o montañas, al alcance de buena parte de los trabajadores.

Hoy, tomarse un tiempo para recargar las pilas, reflexionar o relajarse ya no es un pecado o un derroche, sino un derecho y una necesidad. Una necesidad que la industria turística satisface con un menú de posibilidades casi infinitas. De casas rurales del siglo XIX a rústicas cabañas a la orilla del mar, de hoteles con spa a coloridas pensiones atendidas por sus dueños, ya no hay excusas para no relajarse y disfrutar.

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