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El Secreto para Ser Delgado y Saludable.

Nuestra dieta diaria está llena de productos que afectan nuestra salud y apariencia. Son más comunes de lo que nos imaginamos, pero aun así es posible evitarlos. Revisa estos consejos prácticos y activa de nuevo tu vida.

Lucas Caraveo
Lucas Caraveo
29 de December · 1499 palabras.
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🕘 Resumen

En el libro "En defensa de la comida", Michael Polland revela que a lo largo de la historia, el ser humano ha consumido alrededor de 80,000 especies diferentes de plantas comestibles, animales y hongos, pero actualmente el adulto promedio en Estados Unidos consume el 67% de sus requerimientos calóricos a partir de solo tres alimentos principales: maíz, soya y trigo y sus derivados, mientras que lo adecuado sería entre el 1% y el 5% como máximo. Esta diferencia en el consumo puede explicar los problemas de salud y obesidad actuales, así como las alergias e intolerancias a estos alimentos. Muchos de los productos derivados del maíz, trigo y soya que se consumen con frecuencia incluyen jarabe de maíz de alta fructosa, aceite de maíz, aceite de soya, proteína de soya, harina de trigo refinada, y cientos de aditivos como la maltodextrina y la lecitina de soya. De esta manera, se demuestra que la economía de las multimillonarias industrias de maíz, trigo y soya se vuelve cada vez más rica. Es necesario concientizarnos y cuestionar nuestra dieta para evitar caer en el consumo desmedido de estos productos.
 Leyendo un libro, hace no mucho tiempo, encontré información sobre nutrición que me dejó impactado.
Pero antes de eso, quiero que tengamos en cuenta que a lo largo de la historia el hombre ha como 80,000 especies diferentes de plantas comestibles, animales y hongos, de los cuales 3,000 de ellos todavía forman parte de su dieta diaria. Todo esto según aparecen en el libro In defense of the Food (En defensa de la comida), escrito por Michael Polland, quien es reconocido por sus textos sobre nutrición.

Regresando a la estadística, se dice que el adulto promedio en Estados Unidos consume el 67% de sus requerimientos calóricos de solamente tres alimentos principales, estos son MAÍZ, SOYA Y TRIGO ( y derivados); cuando lo adecuado sería entre el 1 y el 5% como máximo. Este porcentaje es calculado en base a la dieta de nuestros antepasados, y lo cual demuestra que nuestros sistemas digestivos siguen trabajando de la misma manera.

Observando la gran diferencia que hay entre el 67% y el 5%, podemos imaginarnos de donde provienen nuestros grandes problemas de salud y obesidad en la actualidad. Podemos tener una idea más clara del por qué tantas alergias e intolerancias a la soya y al trigo: el cuerpo no está preparado para recibir estos productos en grandes cantidades. Cabe mencionar que este “consumo en exceso” se deriva de la economía de las multimillonarias industrias de maíz, trigo y soya se vuelven cada vez más ricas.

Algunos de los productos derivados del maíz, trigo y soya que utilizamos con mucha frecuencia son los siguientes:
• Jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF)
• Aceite de maíz
• Aceite de soya (hidrogenado o refinado)
• Proteína de soya
• Harina de trigo refinada
• Cientos de otros aditivos como la maltodextrina, almidón de maíz o de trigo, lecitina de soya, mono y diglicéridos, etc., etc.

Ahora es más claro ver de dónde provienen esas calorías de más si revisamos algunos de los productos saturados de JMAF que consumimos a diario: refrescos, bebidas azucaradas, adobos, aderezos para ensaladas, pan, salsa de tomate y muchos productos más. Y no podemos olvidarnos de todos los productos procesados que se fríen en aceite de maíz y de soya, o aun los que no se fríen pero que se le agregan como conservadores, además de los cereales, el pan, pastas, bollos y otros productos de trigo muy procesados. Todo esto derivando en un hábito poco sano que da como resultado problemas de salud relacionados con azúcar en la sangre, demasiadas calorías con escasos nutrientes e intolerancia a dichos productos.

¡Pero hay algo peor!

No solo consumimos estos tres productos directamente, sino que también los animales que comemos los consumen. Esto es, que el maíz y el trigo se utilizan para alimentar a animales de granja por ser un producto muy barato, lo cual se traduce en una mayor cantidad de calorías que termina en nuestro cuerpo.
Los dos peores ejemplos de esta situación tal vez sean la crianza de pollos y vacas para consumo humano. Las vacas en las granjas de engorde se alimentan principalmente de maíz, cuando una vaca en forma natural se alimenta de pasto y otros forrajes. Esto enferma a dichos animales, cambiando sus niveles de ácidos grasos omega 6 a omega 3, lo cual es poco saludable, y también disminuye las grasas saludables que se presentan naturalmente en aquellos. Lo anterior podría evitarse si se alimentaran con lo que es natural en su dieta: ¡pasto!
Por otro lado están los pollos. Sabemos que en forma normal, los pollos viven al aire libre y se alimentan de una variedad de verduras, insectos, gusanos, semillas, etc. En los criaderos se les alimenta con maíz y soya, además de que se les mantiene en espacios muy reducidos. Esto produce que el estrés y otros desordenes nutrimentales en los animales se traduzcan en carne y huevos poco saludables comparados con los de aquellos que se crían en forma natural.

Pero esta situación va aún más allá, pues incluso a los peces en criaderos se les alimenta con maíz y soya, lo cual es absurdo si nos detenemos a pensar que su dieta debería ser a base de peces más pequeños, gusanos, insectos, etc. Del mismo modo, esto hace que la carne de los peces de criadero no sea tan saludable como la de los peces silvestres. Pero hay cosas peores, si quieres conocerlas te invito a que veas este video rápido sobre el pescado tóxico que podrías estar comprando.

Entonces aunque consumamos productos “naturales” como la carne de pollo, res o pescado, estamos ingiriendo más maíz y soya, debido a la alimentación que se les da a estos animales en los criaderos. Así que de hecho es más del 67% ¿no es así?

Pero entonces esto nos lleva a lo siguiente: las razones por las cuales no es saludable obtener más de la mitad de nuestras calorías del maíz, el trigo y la soya. Son muchas y a continuación se enlistan algunas.
• Cambia de manera desproporcionada la cantidad de ácidos grasos omega-6 y omega-3 en nuestra dieta.
• Nos vuelve intolerantes al gluten.
• Nos produce problemas de sobrepeso y diabetes, principalmente provocados por el maíz excesivamente refinado y las harinas de trigo, así como el JMAF en la dieta
• La soya y el maíz son los cultivos más modificados genéticamente, lo cual quiere decir que se utilizan más pesticidas y herbicidas para cultivarlo.
• Los residuos de plaguicidas y herbicidas en estos cultivos son los xenoestrógenos, que contribuyen a aumentar la grasa abdominal de la cual nos cuesta tanto trabajo deshacernos.
• El contenido de xenoestrógenos, así como fitoestrógenos en los productos de soya y sus derivados es el doble, lo que facilita que tu cuerpo almacene grasa, produce efectos carcinogénicos e incluso "senos masculinos" en casos muy graves.
• Los beneficios para la salud y nutricionales se ven reducidos en la alimentación de los animales de criadero.
• Etc., etc., etc.

A continuación daré una breve lista de algunas de las formas en las que podemos evitar los altos consumos de maíz, trigo y soya en nuestra dieta diaria y así recuperar nuestra salud y figura.

1. Debes evitar por completo los productos procesados. Elige productos de un solo ingrediente como frutas, verduras, frijoles, semillas, frutos secos, carne y huevos (de animales criados naturalmente). Sólo un día a la semana recurre a la comida “chatarra” y que sea cuando comes fuera de casa, así no tendrás la tentación cerca.

2. Consume muchas frutas y verduras como fuente principal de carbohidratos.

3. La mayoría de los aderezos para ensalada comprados contienen aceite de soya y JMAF, así que evita consumirlos, en cambio prueba mi aderezo casero para ensalada.

4. Compra salsa de tomate que no contenga JMAF ni aceites de soya, mejor elige las que contienen aceite de oliva. También debes evitar los aceites de canola insalubres.

5. Prueba botanas de vegetales con guacamole en lugar de botanas de maíz.

6. Prueba los vegetales con hummus en lugar de botanas de pita o de pan.

7. Reduce tu consumo de cereal, pan y pasta a sólo un día a la semana y cámbialos por varios de los alimentos mencionados en el número 1. Consume más de estos bocadillos saludables y no es necesario ser tan estricto.
Ahora bien, no voy a mentir y decir que mi dieta es perfecta. También cedo a la tentación de vez en cuando como todo el mundo. Pero lo que sí puedo decir es que mi consumo total de calorías provenientes del maíz, trigo y soya es de sólo 2 o 4 %, contra el 67% de la persona promedio. Y la forma en que logro esto es no teniendo ningún producto de maíz, trigo o soya en mi casa, así no tengo la tentación cerca. Al menos 6 días a la semana no consumo estos productos, exceptuando una o dos tostadas de grano germinado, que aun así es más sano que el pan de grano entero.

Y si consumo panes, pastas e incluso botanas de maíz, pero sólo una vez a la semana cuando ceno fuera. Lo que si he eliminado por completo son los refrescos y los alimentos fritos, ¡es demasiado daño para mi cuerpo!
La mayoría de nuestros problemas de salud se derivan del alto consumo de maíz, soya y trigo. Debemos dejar de ser víctimas de la industria y tomar de nuevo las riendas de nuestra salud, y por qué no, de nuestra apariencia. Comparte este artículo con tus amigos y familiares por correo electrónico, Facebook, Twitter, blogs, foros, etc…

Soy un especialista en nutrición, me apasiona el funcionamiento del cuerpo humano y de como podemos esculpirlo asi como tener un abdomen marcado. Me esfuerzo en el gimnacio y en la almientación.
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