Huerta de San Vicente (granada), el Refugio de García Lorca

La Huerta de San Vicente de Granada, la casa donde veraneaba Federico García Lorca y donde escibió algunas de sus obras más importantes, es en la actualidad una interesante casa-museo sobre el poeta.

Elena Prieto
Elena Prieto
23 de April · 671 palabras.
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🕘 Resumen

La Huerta de San Vicente, ubicada en las afueras de Granada, fue el lugar donde Federico García Lorca pasó sus últimos días antes de esconderse en la casa de su amigo Luis Rosales durante la Guerra Civil española. Esta casa, donde veraneaba su familia desde 1926, tuvo un papel fundamental en su obra, ya que en ella escribió algunas de sus obras más importantes, como "Romancero gitano" y las obras de teatro "Bodas de sangre" y "Yerma". Hoy en día, la Huerta de San Vicente es una casa-museo donde se puede conocer más sobre la vida del autor y empaparse de su espíritu. La visita se inicia en la planta baja de la casa, donde se encuentran el comedor, la sala del piano y la cocina, decorados con muebles y utensilios originales, además de cuadros pintados por amigos del poeta como Salvador Dalí y Rafael Alberti, fotografías de la familia y documentos originales. El recorrido es muy agradable, ya que se realiza en grupos reducidos con tiempo suficiente para disfrutar del mismo, y se puede dar un agradable paseo desde el centro de Granada para llegar al parque que lleva el nombre del poeta, ubicado entre la autovía y la calle Arabial. La Huerta de San Vicente es un lugar imprescindible para los amantes de la obra de García Lorca.
Antes de esconderse en la casa de su amigo y también poeta Luis Rosales tras el alzamiento que condujo a la Guerra Civil española, Federico García Lorca pasó sus últimos días de vida en la Huerta de San Vicente, la casa situada a las afueras de Granada en la que veraneaba su familia desde 1926. Además, este lugar tuvo un papel fundamental en su obra, ya que allí escribió algunos de sus trabajos más importantes, como ‘Romancero gitano’ o las obras de teatro ‘Bodas de sangre’ y ‘Yerma’.
76 años después de su fusilamiento por ser republicano y homosexual, y a la espera aún de localizar la fosa sin nombre en la que fue enterrado, es posible conocer más sobre la vida del escritor y empaparse de su espíritu en la Huerta de San Vicente, convertida desde hace unos años en una casa-museo en la que han sabido respetar la esencia del hogar veraniego de los García Lorca.
Dando un agradable paseo desde el centro de Granada, se llega a un tranquilo parque que lleva el nombre del poeta, ubicado entre la autovía de circunvalación y la calle Arabial, y en medio del mismo se encuentra la Huerta de San Vicente. No se puede visitar la casa sin supervisión, pero el recorrido es muy agradable porque, aunque está conducido por un guía, se hace en grupos reducidos (con un máximo de 15 personas) y con tiempo suficiente para disfrutar del mismo.
Nada más traspasar la puerta principal, el tiempo parece detenerse y se produce un salto en el tiempo hacia varias décadas. La visita se inicia en la planta baja de la casa, donde se recorren el comedor, la sala del piano y la cocina, todos ellos decorados con muebles (un piano de media cola, mecedoras, sillas, un gramófono de pie y un diván) y utensilios (vajillas, cerámicas, un mantel o un perchero) originales. También se conserva como hace siete décadas el suelo de la vivienda y pueden verse cuadros pintados por amigos del poeta como Salvador Dalí y Rafael Alberti, fotografías de distintos miembros de la familia y documentos originales como el título de Bachillerato del escritor o el de maestra de su madre Vicenta.
Subiendo las escaleras, se llega a los antiguos dormitorios, con especial atención para el que ocupaba Federico. Tiene una decoración muy sencilla, con una cama custodiada por un cuadro de la Virgen de los Puñales encima del cabecero y a los pies un dibujo de Santiago Ontañón que muestra al poeta con la actriz Mariana Pineda y otro muy colorido de Alberti. Además, sobre la pared de la izquierda se apoya el escritorio original donde escribía Lorca con un cartel de su compañía de teatro La Barraca encima.
La visita finaliza en la sala de exposiciones, habilitada dentro de tres habitaciones de la planta superior, junto al dormitorio del poeta. Colgados en las paredes y colocados en armarios con vitrinas, se muestran manuscritos de sus obras, cartas que escribió a su familia y amigos, fotografías, dibujos y un conjunto de figurines que hizo para La Barraca en 1932 para la representación del entremés ‘La cueva de Salamanca’, de Miguel de Cervantes.
La Huerta de San Vicente está abierta de martes a domingo de 10 a 12.30 horas (hasta las 14.30 horas en julio y agosto); de 17 a 19.30 horas en abril, mayo, junio y septiembre, y de 16 a 18.30 horas de octubre a marzo. La entrada general tiene un coste de tres euros (un euro para niños, estudiantes y pensionistas), aunque es posible entrar gratis los miércoles no festivos. Los tiques se adquieren en una pequeña vivienda adosada a la casa principal, que era la residencia de los guardeses de la finca, en la que además hay una pequeña tienda con libros y recuerdos de García Lorca, y no se pueden reservar con antelación salvo si es para grupos.

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