La Política y la Historia de los Partidos Políticos en el Perú

Hoy el Perú está pasando por una etapa donde la población ha perdido la fe en los partidos políticos que los representan, conforme pasan los años la política ha dejado de ser una actividad confiable para las gentes.

Efrain Nuñez Huallpayunca
Efrain Nuñez Huallpayunca
30 de November · 7346 palabras.
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🕘 Resumen

El artículo explora el papel de los partidos políticos en la historia republicana del Perú y su situación actual. La población ha perdido la confianza en los partidos políticos y se pregunta si esto siempre ha sido así en la historia del país. Augusto B. Leguía y Alberto Fujimori fueron gobiernos que obstaculizaron el desarrollo de los partidos políticos tradicionales, pero luego de su caída surgieron nuevos personajes y partidos en la escena electoral. Para entender el papel de los partidos políticos en la historia de Perú, el artículo comienza reflexionando sobre el concepto de política desde la perspectiva de Aristóteles y Maquiavelo. Luego, se discute el surgimiento de los partidos políticos en el Perú y su evolución a través de la historia, desde el Partido Aprista Peruano hasta el actual panorama de pluralismo político. El artículo concluye que, a pesar de los obstáculos presentes en la historia, los partidos políticos siguen siendo una herramienta importante para la democracia y que su fortalecimiento requiere de participación ciudadana y transparencia.
LA POLÍTICA Y LA HISTORIA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL PERÚ

1. INTRODUCCIÓN

Hoy el Perú está pasando por una etapa donde la población ha perdido la fe en los partidos políticos que los representan, conforme pasan los años la política ha dejado de ser una actividad confiable para las gentes. ¿Ocurría lo mismo con los partidos políticos de antaño? En el transcurso de nuestra historia republicana hubo momentos en los que el gobierno imposibilitó el desarrollo de los partidos políticos. Allí tenemos por ejemplo los casos de Augusto B. Leguía y Alberto Fujimori:

“Ambos parecen ser los sepultureros de organizaciones políticas tradicionales, reformadores económicos, sin crear ninguna organización política duradera y reclutando todo tipo de política funcional y utilitario para sus propias estrategias de desarrollo y sobrevivencia” (1).

Pero algo curiosos pasó luego que estos dos gobiernos cayeran, aparecieron en la escena electoral nuevos personajes y partidos. Ante este escenario debemos, primero, comenzar por preguntarnos ¿qué es política?, ¿qué es hacer política en el Perú?, y ¿qué caracteriza a un verdadero partido político?; entonces, ¿cuál fue el papel de los partidos políticos en la historia republicana del Perú? Vayamos desde el principio:

2. ARISTÓTELES Y MAQUIAVELO

La historia antigua de occidente nos ha mostrado distintas formas de entender la política, y la han definido de acuerdo al contexto en el cual se han ubicado. Así, Aristóteles señala en el Libro I de su obra Política, que todo ser humano es por naturaleza “sociable” y que aquel que vive fuera de la sociedad, por organización y no por fuerza del azar, es un ser supremo o un degenerado. O sea un Dios o un animal irracional, pero nunca un hombre. Es decir, sólo el hombre podrá realizarse con total plenitud en el interior de una comunidad política, por ello Aristóteles calificó al hombre como un zoom politikón: un `animal político.

En realidad, todo depende en qué entendemos por política.

“[…] para Aristóteles, la política es una rama del conocimiento práctico, no teórico. Es una praxis, o sea, la aplicación concreta de ciertos principios sobre la convivencia […] un saber práctico para la consecución de bienes palpables […]. La política es una función del ser humano, y la función de la política debe ser la de hacer posible la virtud y también la de hacer hombres felices” (2)

Maquiavelo, quien es considerado el fundador de la ciencia política moderna, aisló la política como objeto de estudio y trató de hallar las leyes de su dinámica. En su libro El príncipe, descarta la intervención de principios morales en la consideración de la conducta del político y se centra en presentar las técnicas de la acción política. Para Maquiavelo la política es un arte.

3. PARTIDO, IDEOLOGÍA Y LEGITIMIDAD

Weber definió la política:

“como una comunidad cuya acción social se orienta hacia la subordinación a un orden establecido por los participantes de un territorio y de la conducta de las personas que pertenecen a él, a través de su disposición a recurrir a la fuerza física, incluyendo la fuerza armada” (3).

Además:

“[…] hacer política debería significar hacer participar a las masas en las propuestas y el debate, pulsar el consenso y hacer de éste una herramienta de gobierno. En el Perú es además romper el centralismo tradicional” (4).

Lo anterior le correspondería a los partidos políticos y más aún al partido que gobierna, que es elegido por la población. Ahora, veamos qué es un partido político.

El partido político según el diccionario común “es una organización de personas con carácter estable, destinado a tomar el poder para ejercer desde él un programa general”. Pero ¿sólo bastara eso?, no. Un partido político es algo más, así nos los dice el maestro peruano Luís Jaime Cisneros Vizquerra:

“Un partido político no es un conjunto de gentes tras un hombre providencial. Un partido político no es un hombre carismático. Es ciertamente un certamen de voluntades al servicio de un grupo de ideas rectoras. Esas ideas postulan una actitud determinante ante los grandes temas de la hora. Un partido político es tribuna en constante debate doctrinal […] La proximidad de unas elecciones presidenciales no puede ser, por eso pretexto para crearlo” (5)

Más claro no puede ser. Las ideas rectoras que menciona Luís Jaime Cisneros, son las ideologías. La existencia de un planteamiento ideológico permite que el partido logre una consolidación institucional. Aquellos grupos que no posean una doctrina que se sustente ideológicamente se convierten en una organización caudillista que tarde o temprano va a desaparecer. Sin ideología no se puede concebir un verdadero plan que permita el desarrollo del país cuando se está en el gobierno, porque carecerá de una visión integral y unitaria de criterio y coherencia de la Nación. Hasta los años ochenta (en el Perú), al menos existían ciertos principios éticos y ciertas pautas ideológicas que definirán a nuestros políticos.

Los partidos políticos deben conocer la realidad del país, y para el caso peruano, existe una dejadez del Estado para estar presente en las zonas olvidadas. En los años ochenta, el grupo terrorista Sendero Luminoso aprovechó la poca intervención del Estado para introducirse en las poblaciones marginadas y así captó, con su discurso marxista-leninista-maoísta y pensamiento Gonzalo, a esas localidades e iniciar su revolución, precisamente desde el campo hacia la ciudad.

Luís Jaime Cisneros nuevamente nos dice:

“En vez de pensar en candidatos (que miran a la conquista del poder) los ciudadanos debemos pensar en los grandes problemas vinculados con la economía y con la paz, con la educación y la salud, con el trabajo y la pobreza. Esas preocupaciones constituyen la base de una doctrina partidaria, y la costumbre de discutir sobre ellas garantiza un buen ejercicio de la democracia” (6)

¿Quiénes llegan al poder? ¿Acaso no es un partido político? Además:

“¿de donde viene a la clase política ese poder? Es simple: la ley, es decir, el derecho, nace del parlamento. Este está compuesto de partidos políticos” (7)

Ahora, en el Perú será cierto que:

“nacimos sin clase dirigente, sin partidos definidos, sin ambiciones, sin propuestas. Sin equilibrio ni programa” (8)

Existe un rechazo de la población a los partidos en general. Los políticos deben conocer nuestra realidad en todos sus aspectos (económico, social, cultural, político, religiosos, histórico, etc.) tanto del centro como de la periferia. Pero, ¿siempre fue así en nuestra historia republicana?, pues no. Veamos cómo ha sido el desarrollo de nuestros partidos políticos en la historia del Perú de los siglos XIX y XX.

4. HISTORIA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL PERÚ

4.1. PRIMERA ETAPA

Después de la independencia el 28 de julio de 1821, el Perú fue gobernado por aquellos militares victoriosos de las batallas de Junín y Ayacucho, lo que luego daría inicio a la primera etapa del Perú Republicano cuya característica fue el caudillismo militar. Los caudillos militares tuvieron el poder desde 1827, cuando Simón Bolívar y sus tropas abandonaron el Perú, hasta 1872 en que Manuel Pardo y Lavalle sería electo como el primer presidente civil del Perú. Antes de las elecciones de 1872, donde se desarrollaron los comicios más importantes de la historia (al fin un civil tomaba la dirección del país), generales, coroneles y mariscales de estos primeros años de la República gobernaron el Perú, entre gobiernos liberales y conservadores.

Para el historiador Jorge Basadre, la historia de los partidos políticos en el Perú comienza a partir del 10 de enero de 1822, con la Sociedad Patriótica, fundada por el general San Martín y Bernardo de Monteagudo. La sociedad Patriótica sería el punto de partida. Aparecen para esta época los primeros pensadores de la Independencia (los llamados ideólogos) y se discute si el Perú debe ser República o Monarquía. Los partidos políticos propiamente dichos no se hallan aún estructurados. Las polémicas entre los ideólogos de la época inicial de nuestra emancipación no significa necesariamente el nacimiento en nuestro país de los partidos políticos. Las polémicas entre las ideas liberales y conservadoras se desenvuelve en los diarios, que dicho sea de paso, jugaron un papel importante en ese tiempo. El periódico se convierte en el vehiculo por el cual se estará formando las ideas de Nación e identidad:

“La historiografía de los modernos estados-nación en América apareció en y con los periódicos. Por eso las primeras imágenes de la historia, las poligrafías individuales del tipo de las de Lucas Alamán (México), José Toribio Medina (Chile), Gabriel René Moreno (Bolivia), Mariano Paz Soldán (Perú) y cuantos fundaron las historiografías nacionales y americanas, partieron de los periódicos” (9)

A comienzos de la República se perciben corrientes constitucionales o doctrinales como el liberal que se expresa en las constituciones de 1823, 1828, 1834, 1856 y 1867, la de 1826 fue conservadora.

4.2. CASTILLA, VIVANCO Y ECHENIQUE

En 1851 se dan unos comicios especiales. El Mariscal Ramón Castilla culminaba en abril de ese año y las elecciones que convocó serían históricas, porque son las primeras elecciones que se realizan en la República guardando todas las formalidades de la ley.

“Anteriormente las asambleas legislativas habían elegido al presidente (casos de Riva Agüero, Agustín Gamarra y José Orbegoso) o las elecciones habían sido nada más que una comedia o formalismos para consagrar una preexistente situación de hecho (casos de Gamarra en 1829 y 1839, y aún del propio Castilla en 1845)” (10)

En dichas elecciones se dan ya todos los ingredientes que actualmente se ven en un proceso electoral: pluralidad de candidatos, propaganda y campañas políticas. Aparecen muchos candidatos por querer llegar al poder, se observa un despliegue de propagandas electorales que se inicia en el periodo de 1951. Rufino Echenique y Manuel de Vivanco utilizan los periódicos como propaganda para sus campañas y sus polémicas. Mientras Echenique contaba con el periódico “El Rímac”, Vivanco tenía “El Nacional”, en el que llega a colaborar Manuel Atanasio Fuentes, el famoso Murciélago. Entre los candidatos estaban el general José Rufino Echenique, el general Manuel Ignacio de Vivanco, Domingo Elías (que era el único candidato civil, pero nunca plasmó un verdadero partido político), los generales San Román, Bermúdez y Gutiérrez de la Fuente. Aún no hay partidos formalmente establecidos. Los historiadores sólo hablan del Club Progreso (que alienta la candidatura de Domingo Elías) que es el primer ensayo de un posible partido político. Echenique es nombrado presidente y Ramón Castilla le da un golpe de estado sacándolo de Palacio de Gobierno en febrero de 1854. Castilla inició su segundo periodo presidencial bajo el nombre de “Gobierno de la moralidad”. Castilla establece el sufragio directo donde el pueblo será quien elija a su candidato (fue una especie de sufragio universal). Anteriormente los candidatos eran elegidos por el llamado Colegio Electoral.

4.3. EL CIVILISMO, LOS MILITARES Y LA ARISTOCRÁCIA

En 1871 se inicia formalmente la historia de los partidos políticos en el Perú, porque nace el Partido Civil. El partido Civil tuvo su antecedente en 1871 con la formación de una sociedad denominada “Independencia Electoral”, donde el personaje más destacado fue Manuel Pardo y Lavalle, quien agrupará a las fuerzas populares, la juventud intelectual, profesionales y elementos vinculados a las actividades económicas.

“como el proyecto de Sociedad Independencia Electoral, antecedente y matiz del partido Civil, nació un ideario republicano de corte nacionalista, concientemente construido. El novedoso frente político estaba constituido por una vanguardia socialmente heterogénea en la que convergían junto con los ricos propietarios, hacendados y comerciantes de Lima, Trujillo, Arequipa, Cuzco, Puno y de la sierra central; intelectuales, profesionales medios, universitarios, periodistas, profesores, artesanos y pequeños agricultores” (11)

El Partido Civil fue una agrupación que enfrentaría a los coroneles, generales y mariscales, como lo eran Castilla, Balta y Echenique, eso motivó a que se adhirieran muchos limeños y provincianos. La idea era concretar la ansiada República, es decir, lo que los liberales y conservadores no pudieron hacer tras largos debates desde la época de la independencia (Mc Evoy)

El Partido Civil, y su candidato Manuel Pardo y Lavalle, ganaron las elecciones de 1872, iniciándose la etapa conocida como el Primer civilismo, es decir, los civiles llegaron a tener el control del Estado. Es un periodo en el que se puso fin a un largo predominio de los militares que había comenzado en 1827. Algunos militares se mostraron contrarios a éste presidente elegido, por lo que se sublevaron el 22 de julio de 1872. Los autores fueron los hermanos Gutiérrez. En sus albores, el partido Civil recogió parte del programa liberal. Incentivaron la descentralización, divulgaron la educación, la organización milicia de los ciudadanos, implantaron registros civiles, etc. La medida más importante que tomó ese gobierno fue la ley del Estanco del Salitre, mediante el cual el Estado peruano controlaría el recurso. Su programa podría sintetizarse en “La república práctica” o “La república de la verdad”. A Pardo le tocó gobernar en la época del guano y del salitre. El primer civilista del Perú culmina su gobierno en 1876.

“Piérola […] es uno de los principales críticos de la política económica del gobierno […] se hace un censo general, que es el primer censo oficial que se realiza en el Perú Republicano” (12)

Se convocó a elecciones presidenciales siendo elegido presidente Mariano Ignacio Prado con respaldo civilista. El 2 de agosto de 1876 Mariano Ignacio Prado asume el gobierno y en ese corto periodo se produce un frustrado levantamiento (de Nicolás de Piérola) de carácter golpista, se produce la quiebra de la economía peruana y el asesinato de Manuel Pardo y Lavalle. Finalmente, a Prado le sorprende el estallido de la Guerra contra Chile.

En julio de 1884 fue fundado el Partido Demócrata encabezado por Nicolás Piérola que afirmaba rechazar un pacto con el general Miguel Iglesias. Piérola fundó en 1882 el Partido Nacional, pero debido a discrepancias internas decide retirarse y fundar el Partido Demócrata. De otro lado, los civilistas se opusieron radicalmente a Iglesias por haber cedido el salitre a Chile que ellos mismos proyectaban administrar. Los civilistas más tarde se aliaron al partido Liberal fundado en 1901 por Augusto Durand Maldonado y que presidió José Maria Quimper. Este grupo aliado buscó el acercamiento del “Brujo de los Andes”, Andrés Avelino Cáceres, que declaró su rebeldía frente al gobierno de Iglesias. Cáceres funda el partido Constitucional en 1882

Luego de la guerra contra Chile, Miguel Iglesias asume el mando en el Perú. Los principales hechos del gobierno de Iglesias (1883 - 1886) fueron la convocatoria a una Asamblea Constituyente de 1884 que sólo promulgó la constitución del ‘60 y que a pesar de proponer elecciones no pudo detener la guerra civil contra Cáceres. Entre 1886 y 1890, el héroe de la Breña gobernó constitucionalmente el Perú. Afirma Basadre:

“Durante la administración de Cáceres de 1886 a 1896, el orden público no fue alterado por ninguna conspiración o subordinación. Hubo dificultades para el periodismo de oposición, sobre todo en relación con el contrato Grace”

Ahora, ¿quién sucedió a Cáceres en el poder? Remigio Morales Bermúdez. Morales Bermúdez fue el vicepresidente de Cáceres, gozó del apoyo del héroe del Breña. Su partido constitucionalista dividido se inclinaba por el civilista Francisco García Calderón, pero este se disputaba el título de opositor al popular `califa´ del partido Demócrata: Nicolás de Piérola. Pero fue apresado por los militares por su desastrosa dictadura y cercanías a los intereses chilenos en la Guerra de 1879. Durante su mandato se da la ley de elecciones municipales y en esta coyuntura, Manuel Gonzáles Prada funda la Unión Nacional, grupo de extrema izquierda por su posición anticlerical y anticapitalista.

En 1894 debían realizarse elecciones disputadas entre los partidos Constitucional de Cáceres, el Partido Civil y el Demócrata de Piérola. Pero en marzo de 1894 cayó enfermo el presidente Morales Bermúdez y el primero de abril falleció, le correspondía el gobierno provisional al primer vicepresidente, Pedro Alejandrino del Solar, pero Cáceres intervino para que recayera sobre el coronel Justiniano Borgoño, a quien Del Solar acusó de ilegal y usurpador. Borgoño dirigió una Junta de notables en reemplazo de municipios y convocó elecciones presidenciales fraudulentas que favorecieron a Cáceres.

Las fuerzas políticas contrarias al militarismo (civilistas, liberales y demócratas) formaron una Coalición en marzo de 1894 desatándose una guerra civil. En marzo de 1895 Piérola se lanzó sobre Lima, Cáceres entregó el poder a la Junta presidida por Manuel Candamo y finalmente entregó el poder a Piérola, que no fue civilista. Debemos tener en cuenta que la República Aristocrática (fue Jorge Basadre quien denominó a esta etapa de la historia peruana) vendría a ser el segundo civilismo, continuación formal del gobierno iniciado en 1872 por Manuel Pardo y Lavalle. Nicolás de Piérola estaba ligado al partido Demócrata y no al Civil, aún cuando se unió a este último partido lográndose la conformación de la “Coalición Nacional” que derrotó a Cáceres pues se había aferrado al poder. Piérola no inicia la República Aristocrática, sino su sucesor: Eduardo López de Romaña.

En 1902 comienza la agitación electoral. Los partidos políticos tradicionales buscan nuevas alianzas para tener éxito en la contienda que se avecina; demócratas y civilistas caminan ya por su cuenta. Los civilistas con los constitucionalistas; los demócratas se han unido al Partido Liberal que ha fundado uno de sus viejos militantes: Augusto Durand. (Piérola está llamado a ser candidato pero lo rachaza, es así que el Partido Demócrata no participa en esas elecciones). Ausentes los demócratas, los otros partidos de oposición se aúnan en el llamado Partido Federal. Aquí se juntan la Unión Nacional de González Prada, el partido liberal que encabeza Augusto Durand y un pequeño grupo de los constitucionalistas de Cáceres. Estos federalistas eligen como candidato al coronel Fernando Seminario. Los civilistas ganan las elecciones y Manuel Candamo asume el gobierno el 8 de septiembre de 1903. Candamo enferma de gravedad y fallece al poco tiempo. En el mando lo reemplaza Serapio Calderón, segundo vicepresidente. Calderón forma el mando debido a que Lino Cornejo, primer vicepresidente, había fallecido. Se convocó a elecciones. El partido civil impone la candidatura de José Pardo e irrumpe en la escena política Nicolás de Piérola. En la campaña electoral se realizan por primera vez manifestaciones gigantescas. Los partidos tradicionales se han desgastado y atraviesan por una crisis agobiante ante la antesala de las elecciones de 1919.

“Los demócratas resurgen; los constitucionalistas (que lidera Cáceres, el viejo caudillo) ocupa en sus alianzas sólo el segundo lugar; los liberales (que encabeza Augusto Durand) no integra fuerza capaz por sí sólo de empujar una candidatura propia y los civilistas (que han gobernado casi 20 años) se han escindido. Bajo este triste sino también se encuentra el joven Partido Nacional Democrático, que lidera José de la Riva Agüero y que un año después desaparecía de la escena” (13)

Hay que hacer un acápite en esta parte. Hablemos algo sobre el partido de Riva Agüero, que merece ser mencionado por la gran trascendencia de su creación y lo que pudo aportar al país. La generación del 900 fue la generación de Riva Agüero, Víctor Andrés Belaunde, Óscar Miro Quesada (Racso), Francisco García Calderón, entre otros. Dominados bajo el contexto positivista, este grupo se erige bajo dos principios que guiaran sus reflexiones: el rescate del aporte andino y el sentimiento de Nación.

Ellos reivindicaban los valores del indio (véase tan sólo cómo describe Francisco García Calderón en su Perú Contemporáneo a nuestro país para comprobar la profundidad de su pensamiento hacia el indígena y su función como actor principal en la consolidación de una verdadera Nación peruana) marginado, hostigado y cuestionado por el positivismo imperante. Por ello, los novecentistas plantearon el problema indígena como un problema fundamental. Ellos querían rescatar, primero, a través de sus obras (véase los trabajos de Víctor Andrés Belaúnde, La Realidad Nacional, y la conclusión a que llega Riva Agüero en su tesis La Historia en el Perú), las costumbres, el legado de los Andes y sus habitantes que son los requisitos principales para forjar la Nación peruana. Y sólo se podía lograr esos objetivos cuando se llegue al poder: desde el gobierno. Esa sería la segunda opción para lograrlo.

Nace así el Partido Nacional Democrático (1915 - 1921) y fue llamado por sus émulos como “futurista”. El partido estuvo integrado por jóvenes universitarios, todos limeños y liderados por José de la Riva Agüero.

“En ella convergieron Amadeo de Piérola, hijo del califa, miembro de la directiva nacional del Partido Demócrata; también estuvieron Francisco García Calderón, Julio C. Tello, Su común preocupación fue el amor a nuestras instituciones republicanas” (14)

Riva Agüero y el Partido Nacional Democrático (PND) fueron la alternativa juvenil de renovación independiente ante ese contexto donde los partidos eran considerados tradicionales (por ejemplo el civilista) y que estaban en una severa crisis por la dictadura de Augusto B. Leguía. Además, el joven Riva Agüero estaba totalmente desvinculado de otros grupos políticos. El PND se distinguió de los anteriores partidos por su preocupación programática:

“Garantías individuales, reformas constitucionales: contra el despotismo y la autocracia, reforma electoral, independencia judicial, legalización social, problema indígena (aspecto principal de la cuestión social), desarrollo económico, hacienda pública, descentralización administrativa […]” (15)

El gobierno de Leguía, como lo dijo Manuel Burga Díaz, fue un gobierno que sepultó a muchos grupos políticos. Así, ese gobierno frustró ese esfuerzo generacional por renovar la política desde dentro, se frustró toda una generación, eran intelectuales que conocían el Perú profundo del que Jorge Basadre referiría más adelante en su obra.

Cuando Manuel Pardo conforma el partido Civil no solamente aparece una forma organizativa capaz de desplazar a los militares del gobierno, sino que conjuga los disímiles intereses de la antigua aristocracia con los grupos intermedios y aún segmentos relativamente importantes de los sectores populares. Esta organización política tiene vigencia hasta 1912, año en el cual es designado presidente de la república Guillermo Enrique Billingurst. Sin embargo, la declinación civilista se habría iniciado a partir de mayo de 1904, cuando fallece Manuel Candamo y es nominado presidente de la República, José Pardo y Barreda, el cual gobierna hasta el 24 de septiembre de 1908, fecha en que ciñe la banda presidencial a su ex ministro de hacienda: Augusto B. Leguía. La campaña electoral de 1919 fue la última en que actuó el Partido Civil, que se prolongó muchas décadas más allá de la vida de su fundador, convirtiéndose con el Partido Demócrata de Nicolás de Piérola, en uno de los pilares de La República Aristocrática. Los civilistas deciden lanzar la candidatura de Antero Aspíllaga (era un prominente hacendado y fue ministro de hacienda en el primer gobierno de Cáceres) el oponente de Billingurst en la elección de 1912. Mientras tanto Leguía funda el partido Democrático Reformista, acaparaba a las gentes con un programa atrayente: propone recuperar las provincias de Tacna, Arica y también Tarapacá. Ofrece robustecer el poderío militar y, además, saneamiento nacional, reforma del parlamento y una nueva ley electoral. Durante su gobierno los partidos Civil y Demócrata ya no tienen vigencia. Sólo queda ileso el Partido Constitucional que encabeza Cáceres. Para mantenerse en el poder, Leguía somete al Congreso, a la prensa y desata una implacable persecución contra sus adversarios políticos. Así como desaparecen partidos políticos, surgen otros en reacción a la dictadura de Leguía y su Patria Nueva: El Partido Comunista y el APRA.

4.4. LOS PARTIDOS DE MASAS

En 1928 José Carlos Mariátegui, Julio Portocarrero, Avelino Navarro, Hinojosa y Borja, Ricardo Martines de la Torre y Bernardo Regman fundan el Partido Comunista del Perú que en aquel año se llamó Partido Socialista afiliado a la III Internacional. Fue concebido por planteamientos marxistas. Mariátegui (ideólogo y periodista) había participado en la creación de un frente antiimperialista. Fue por la presión de la III Internacional que el “Partido Socialista” cambia de nombre por el de “Partido Comunista”. Plantea la necesidad de una revolución anti-feudal y antiimperialista y avanzar al cambio socialista, para ello debía resolver el problema del indígena y de la tierra. El proletariado y el campesino son los que transformarán la sociedad.

Por su parte, Víctor Raúl Haya de la Torre funda el APRA y sus objetivos eran inicialmente la unidad política de América Latina. Aquí en el Perú tiene sus orígenes relacionado al problema de las haciendas del norte (Trujillo). Haya planteó la creación de un Frente Nacionalista con trabajadores manuales e intelectuales quienes eran amenazados por lo que en ese entonces empezaba a conocerse como el Imperialismo (norteamericano). Para Haya, el Perú era un país feudal que debía pasar por una etapa capitalista antes de plantearse objetivos socialistas. Debía de erigir un Estado fuerte de contenido antiimperialista que logre negociar con el capitalismo extranjero que era bueno en cuanto traía progreso. Basadre señala que el APRA es el “segundo esfuerzo organizativo con presencia de masas”. El primero surgió en 1872 con el Partido Civil.

“En Arequipa el 22 de agosto el comandante Luís Miguel Sánchez Cerro se levanta en armas y se proclama jefe supremo. Y con esa investidura lanza un vibrante manifiesto (su redacción estuvo a cargo de José Luís Bustamante y Rivero, quien ejercía la docencia en la Universidad San Agustín de Arequipa). En el mensaje se hacen grandes acusaciones contra Leguía y un análisis exhaustivo del régimen del oncenio […]” (16)

Así, acaba el largo periodo de Leguía. En 1931 Sánchez Cerro fundó la Unión Revolucionaria participando en las elecciones generales de 1931 y 1945. En el gobierno de Samamé Ocampo, la misión de la Junta de Gobierno es básicamente preparar el camino para las elecciones presidenciales del congreso constituyente. El 4 de mayo la junta tuvo listo el nuevo Estatuto Electoral que en poco menos de dos meses había preparado una comisión integrada por Luís Valcárcel, Cesar Antonio Ugarte, Federico More, Alberto Arca Parró, Luís Alberto Sánchez, Jorge Basadre, Carlos Manuel Cox y Jorge Tapia. El nuevo reglamento electoral acogía mejoras notables entre ellas el voto secreto y la representación de las minorías. En agosto la Junta Nacional de gobierno convoca elecciones. El 11 de septiembre el país se vuelca a las urnas. Después de 12 años el pueblo vuelve a elegir a sus gobernantes. Muerto Sánchez Cerro, Benavides asciende al poder bajo una tormenta. Tiene ante sí problemas no sólo de orden interno-político y económico, sino también externos, como el conflicto con Colombia. Su gobierno fue, decía, de “Paz y Concordia”.

En las elecciones de 1939, la candidatura de Manuel Prado se enfrenta a la de José Quesada, quien llega al ruedo electoral con la divisa de la Unión Revolucionaria y la compañía de connotados personajes del sector agrario que lidera Pedro Beltrán: el conservador Riva Agüero y los Miró Quesada. Tanto uno como otro candidato persiguen los votos del partido Aprista, que está fuera de ley. Prado llegó a un acuerdo con el APRA. Se comprometía a dar la amnistía y a devolver la legalidad al partido. Pero todo quedaba en nada. Prado jura como presidente el 8 de diciembre de 1939. Entre tanto en Arequipa en 1944 encabezando a un grupo de ciudadanos, el ex constituyente Manuel J. Bustamante y el ex alcalde Julio E. Portugal suscriben un memorial exigiendo la derogatoria de las leyes de excepción y, por ende, la vigencia irrestricta de las libertades públicas. En el congreso los diputados Arturo Osores Gálvez, Javier de Belaunde y Francisco Tamayo apoyan esa exigencia. Es el punto de partida del Frente Democrático Nacional (FREDENA). El Fredena agrupó al proscrito aprismo y al comunismo, junto con sectores liberales de la derecha. José Luís Bustamante gana y pierde Eloy Ureta por la Unión Revolucionaria.

En los años cuarenta aparecen otros partidos de efímera duración: La Unión Democrática Peruana (1942), fundado con el nombre de Frente de la Peruanidad en Defensa de la Democracia, por Julio Marcial Rossi; el partido Demócrata Socialista (1944) con Luís A. Suárez, Manuel Sánchez Palacios y Carrión Matos; Renovación Nacional (1944) con Carlos Miró Quesada Laos; Legión Patriótica Independiente (1994) que propicio la candidatura de Eloy Ureta; Partido Vanguardia Nacionalista de tendencia comunista (1945) con José Acosta Salas; Partido Obrero Revolucionario (1946) fue el primer grupo marxista de rama trotskista, están Francisco Zevallos y Francisco Abril de Vivero; la Alianza Nacional (1947) de Pedro Beltrán; la Unión Democrática (1949) formado por los partidos Democrático, Reformista, Liberal, Nacionalista, Constitucional, etc., su presidente fue Andrés Dasso.

Manuel Odría se convirtió en candidato único en 1950 después de enviar a la cárcel a su contendor, el general Ernesto Montagene de la Liga Democrática. En 1955 nace La Coalición Nacional de Pedro Reselló, Pedro Beltrán y Manuel Mujica Gallo en oposición a Odría.

Las elecciones de 1956 marcan un hito histórico, porque por primera vez las mujeres tienen el derecho a votar a sus representantes y de ser elegidas. Por estos años nace el Frente Nacional de Juventudes Democráticas, el comité directivo estaba formado por Javier Alva Orlandini (secretario general), Manuel Arce Zagaceta, Eduardo Orrego, entre otros. Fue la base para que en un futuro cercano se fundara Acción Popular y en ella surge la inesperada candidatura de Fernando Belaunde Terry, en marzo de 1956, en plena dictadura de Manuel A. Odría faltando pocas semanas para las elecciones generales.

El candidato que parecía vencedor era Hernando de Lavalle, banquero que formó su agrupación Unificación Nacional. Otro candidato era el poderoso banquero Manuel Prado. Ese mismo año nace el Movimiento Democrático Pradista fundado a iniciativa de Manuel Cisneros Sánchez, cuyo jefe era Manuel Prado Ugarteche. Luego cambia de nombre a Movimiento Democrático Peruano. Nace más tarde Acción Popular (1956) en Chincheros (Cusco) por Fernando Belaunde Terry. Acción Popular sintetiza sus fundamentos ideológicos basados en el “Perú como Doctrina” (La conquista del Perú por los peruanos, entre otros principios). El Partido Demócrata Cristiano (1956) fue fundado por Ernesto Alaysa Grundy, Luís Bedoya Reyes, Mariano Polar Ugarteche y Héctor Cornejo Chávez los cuales se inspiran en la doctrina social de la Iglesia Católica.

El Partido Demócrata Cristiano se opuso al gobierno de Prado. Ese año ganó el partido de Prado con ayuda aprista dándose inicio a la llamada “Convivencia”. Prado se comprometió a gobernar “con libertad para todos”. Ese mismo año el APRA sufría una sería ruptura a causa de dicho pacto con Prado. El APRA rebelde no estaba de acuerdo con la convivencia y De la Puente Uceda más tarde formaría el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionarias) que participaría en las famosas guerrillas. Junto con estas, y dando un preludio al ingreso de una serie de partidos de izquierda en los años setentas, se encuentra el Ejercito de Liberación Nacional (1960) que estuvo conformada por la juventud del Partido Comunista del Perú y fue dirigido por Héctor Bejar, Juan Pablo Chang y el poeta Javier Heraud que en 1963 iniciaría las guerrillas en Ayacucho. En 1961 el general Odría funda la Unión Nacional Odriísta (UNO), sobre la base del Partido Restaurador, tuvo entre sus líderes a Julio de la Piedra.

La primera candidatura fue la de Fernando Belaunde Terry que estaba en campaña y la de Víctor Raúl Haya de la Torre bajo la alianza Apro-Pradista; otros candidatos: Héctor Cornejo Chávez (Democracia Cristiana) la de Alberto Ruiz Eldredge (Movimiento Social Progresista). La del general Cesar Pando Egúsquiza (representaba al Frente de Liberación Nacional y es apoyado por los partidos marxistas); y finalmente la de Luciano Castillo del Partido Socialista. Acción Popular llega al poder en junio de 1957 y hasta 1962 busca articular un conjunto de ideas a tareas específicas con su lema “la conquista del Perú por los peruanos”, “cooperación popular”, etc. Belaunde se presentaba ante la población como un movimiento joven sin compromisos con nadie.

En 1962 (elecciones) Haya no logró el tercio electoral que exige la constitución para ser presidente. Las fuerzas armadas denuncian procedimientos fraudulentos en varios departamentos, querían impedir que el APRA llegara al poder. El APRA representa en ese momento una opción conservadora, mientras que el ejército estaba por las reformas:

“Era la primera vez en la historia que las Fuerzas Armadas intervenía frontalmente en unas elecciones […]. El deber de la Fuerza Armada es ejercer el estricto cumplimiento de un proceso electoral; vigilar y cuidar de su fluidez y limpiar para que no se entrampe la voluntad de las mayorías […]. Que no quepa entonces duda. Su objetivo, en 1962, fue evitar que el APRA llegara al poder” (17)

En 1962 se formó el frente de Izquierda Revolucionaria (FIR) formado por Hugo Blanco, Antonio Aragón, Vladimir Valer y Gorky Chang que dirigían los movimientos campesinos del Cuzco. El Frente Nacional de Trabajadores Campesinos (FRENATRACA) fue fundado en Puno por los hermanos Néstor, Roger y Luís Cáceres Velásquez. Se concreta la Alianza Acción Popular-Democracia Cristiana. Las fuerzas Armadas que habían prometido instaurarse en el poder sólo por un año, cumple su promesa.

En 1967 se formó el Partido Popular Cristiano (PPC), formado por un sector de la Democracia Cristiana dirigido por Luís Bedoya Reyes, Mario Polar Ugarteche, Felipe Osterling, Alberto Borea, etc. Producido el golpe militar de octubre de 1968 uno de los primeros partidos en pronunciarse fue el PPC. El PPC condenaba enérgicamente la actitud adoptada por quienes tienen la obligación legal y moral de respetar la autoridad y preservar el orden público y no de subvertirlo (Tamariz: 334).

4.5. LA IZQUIERDA Y LA EXTREMA IZQUIERDA DE LOS SETENTAS.

Por estos años las diferentes expresiones de la izquierda peruana que vendrían de aquí en adelante han pretendido revalorar la figura de Mariátegui: Partido Comunista-Bandera Roja (PCP-BR) en 1964, fue la ruptura maoísta del PCP, liderado por Saturnino Paredes, Abimael Guzmán, José Sotomayor, éste grupo daría origen al Partido Comunista Patria Roja (PCP-PR) en 1970, de tendencia maoísta y liderado por Alberto Moreno, Jorge Hurtado, Rolando Breña Pantoja y al PCP Sendero Luminoso en 1970 dirigido por Abimael Guzmán y Morote, con bases estudiantiles y docentes en Ayacucho. Vanguardia Revolucionaria (VR) en 1965, fusión de varios núcleos marxistas donde sus lideres fueron Ricardo Nepuri, Ricardo Letts y Edmundo Murrunaga, su ruptura originará al partido Obrero Marxista Revolucionario (POMR) en 1970 dirigido por Ricardo Nepuri y Jorge Villarán (tendencia Trotskista), y al partido Comunista Revolucionario (PCR) con Manuel Dammert, Agustín Haya de la Torre y Santiago Pegráglio, su ruptura dará al PCR-Trinchera Roja por Agustín Haya y Jorge Nieto, y a Vanguardia revolucionaria-Proletario comunista con Edmundo Figari y Julio Mezzich.

En 1971 surge el partido Socialista de los Trabajadores (trotskista) con Hugo Blanco. El Partido Socialista Revolucionario (PSR) en 1976 con líderes del gobierno de Velasco: Leonidas Rodríguez, Jorge Fernández Maldonado y Enrique Bernales. De aquí surge el PSR-Marxista-Leninista con Antonio Aragón y Carlos Urrutia. Unión Democrático Popular (UDP) en 1977, fue un frente de izquierda formado por VR, MIR y PCR.

En noviembre de 1977 se convoca a elecciones para la Asamblea Constituyente, se instaura el voto preferencial, la nueva legislación electoral establecía además el voto para los jóvenes de 18 años. El Movimiento Pradista sucumbe en 1978. Javier Ortiz de Zevallos lo declara disuelta dos años después.

3.6. LA TRANCISION DEMOCRATICA Y EL NUEVO FIN DE LOS PARTIDOS

En 1980, Gustavo Mohme Llona funda Acción Política Socialista. Nuevamente Fernando Belaunde toma el poder en 1980 teniendo como jefe de equipo a Manuel Ulloa. Entre tanto, Sendero Luminoso se ha convertido en el más grande flagelo del país. La izquierda unida (IU) fue un frente electoral conformado por PCP, PSR, POCEP, UNIR. En 1984 se una a la IU el IDP y parte del PCR forman el PUM (Partido Unificado Mariateguísta) entre ellos estaba Javier Diez Canseco, Agustín Haya, Santiago Pedráglio y Carlos Tapia. El APRA sufre otra ruptura, esta vez liderado por Andrés Townsend Ezcurra formando el Movimiento de Bases Hayistas (1981).

La Izquierda Unida no fue un partido político sino un frente de partidos de tendencia marxista-leninista. Su fracaso en las elecciones de 1980 fue su desunión. Pero sin duda fue el más importante frente de izquierda del Perú. En 1982 Miguel Ángel Mufarech con los grupos renunciantes de AP y PPC fundan el partido de Integración Nacional. En 1984 se crea Solidaridad y Democracia (SODE) donde se encuentran lideres como Javier Silva Ruete, Aurelio Loret de Mola, nace constituyéndose como un movimiento de reflexión y acción política. Postula el establecimiento de una democracia social.

La confrontación electoral de 1985 reúne a un buen número de candidatos presidenciales; los principales: Alan García Pérez (APRA); Alfonso Barrantes Lingan (IU) y Luís Bedoya Reyes de Convergencia Democrática (conformada por PPC y las Bases Hayistas de Andrés Townsend Escurra). En tanto que en el partido de Belaunde postula a Javier Alva Orlandini. Entre los de menor posibilidad: Francisco Morales Bermúdez que había creado un Frente Democrático de Unidad Nacional.

Alan García accede a la presidencia de la República ofreciendo un gobierno “para todos los peruanos”; la crisis económica y el terrorismo fue lo que tuvo que enfrentar en su gobierno. Alan García anuncia el 28 de julio de 1987 la estatización de la banca. El PPC sale a las calles y el escritor Mario Vargas Llosa aparece. Surge el Movimiento Libertad (1987) contra la amenaza totalitaria que era la estatización; integraban el movimiento de Vargas Llosa, Miguel Cruchaga y Miguel Vega. En 1988 junto a AP, PPC, SODE, la Unión Cívica Independiente (fundado por Francisco Diez Canseco) y el IDL (de Hernando de Soto) forman el Frente Democrático Nacional (FREDEMO).

Aparecen grupos como el Movimiento Socialista Peruano (MSP) en 1989 por ex integrantes del PUM: Carlos Tapia y Sinesio López. Cambio 90 (1989) fundado por Alberto Fujimori con Máximo San Román y Carlos García García, fue un movimiento de agrónomos e industriales, ofrecían al país una alternativa basada en el trabajo, la producción y la tecnología aplicada a la pequeña y mediana empresa. Muchos de los grupos de izquierda no duraron hasta los noventa, su aparición se debió al contexto en el que se desarrollaron la Revolución China, Cubana, Vietnam, Guerra Fría, Caída del Muro de Berlín, etc.

Fujimori derrota a Vargas Llosa, llega al poder y lo nombran outsider. Su gobierno comienza con debilidades ya que no es un partido sólido ni organizado. Ante poca representatividad en el Congreso decide disolverlo y crear una nueva constitución que le permita reelegirse. Los partidos políticos fueron afectados durante su gobierno. Existe una crisis política en la medida que el gobierno no puede ejercer su función de gobernar. Fujimori logra la pacificación nacional y la derrota del terrorismo, controla la hiperinflación y la reinserción externa. Pero uno de sus errores fue la reelección con firmas falsas, la corrupción y Montesinos.

Así como desaparecen partidos, surgen durante el gobierno de Fujimori nuevos grupos políticos como el Movimiento Democrático de Izquierda (MDI) donde se encuentran Henry Pease y Gustavo Mohme. El grupo de Renovación que reunió a independientes y militantes del movimiento Libertad de Mario Vargas Llosa, el grupo fue liderado por Rafael Rey Rey. La Coordinadora Democrática (CODE) formado por ex apristas como José Barba Caballero, País Posible con Alejandro Toledo que luego junto con CODE formarían Perú Posible, Somos Perú, Solidaridad Nacional, etc., etc., etc.

5. REFLEXION FINAL

En esta revisión rápida de la historia de los partidos en el Perú republicano se observa diversos intentos de grupos con grandes proyectos políticos que pudieron aportar al desarrollo no sólo económico, sino también reivindicaciones a peruanos excluidos, con el objetivo de unir a esas clases marginadas para forjar la Nación (objetivo principal que permitiría mejorar las relaciones entre los peruanos y, por inercia, a estar mejor tanto en la economía, cultura, sociedad, política, etc.). La Unidad es la columna vertebral del desarrollo de un país para convertirse en una verdadera Nación. Unir el Perú Profundo, el Perú Real, aquel Perú representado por los indígenas. Aquel Perú que pudo tal vez ser revalorado por la generación del 900 de Riva Agüero, García Calderón, Belaunde y Tello. La ambición de otros grupos de poder no permitió que se materialice ese ideal del 900. Utilicemos el recurso de la ucronía: se puede afirmar con total convicción, que el grupo de Riva Agüero, al menos tenían las condiciones para gobernar el país (proyecto nacionalista e indigenista) cumpliendo con el mejor requisito: conocer el Perú. Ellos se plantearon revalorar e incorporar a los indígenas a la vida nacional. Así lo demuestran las obras de Francisco García Calderón, Víctor Andrés Belaunde y Riva Agüero.

El APRA tiene mucho mérito por haber, hasta ahora, sobrevivido (haciendo honor a su lema: “el Apra nunca muere”) a pesar que su líder Haya de la Torre ya no está dirigiendo el partido, incluso durante las dos divisiones caudillistas que tuvo en los años sesenta y ochenta, recuérdese a De la Puente Uceda, Andrés Townsend y Armando Villanueva. Su organización (bien estructurada), su doctrina y su tradición hacen del APRA un partido estable. Le siguen a los apristas el partido Acción Popular, con una ya marcada tradición y organización, pero debería de actualizarse en los planteamientos doctrinarios, parece no muy conveniente conquistar el Perú nosotros mismos como tal vez pudo haber sido en los años sesenta.

La desunión que hubo dentro de la Izquierda fue lo que causó la no llegada al poder de ese enorme grupo que traían propuestas interesantes, eso quedó demostrado cuando Barrantes logra la alcaldía y la población se preguntaba ¿qué harían si estuvieran en el gobierno? Pero las discrepancias internas obstaculizaron ese objetivo. Se tomó la imagen de Mariátegui para fundar diversos partidos de tendencia marxista, incluso arguyendo que fue el mismo Amauta que fundó tales partidos. De ellos, surgió el peor grupo extremista: “por el sendero luminoso de José Carlos Mariátegui”

Se puede sacar muchas reflexiones sobre la historia política peruana, pero creo que se puede llegar aún consenso general, en que la Unidad entre los peruanos es fundamental para consolidarnos como Nación. Reivindicar aquellos grupos que fueron el motor de la historia para concretar una independencia política y no dividirnos cuando se atenta contra la seguridad del país ante peligros externos, es decir, no luchar por caudillos o generales que manipulan por sus propios intereses, sino luchar por la patria, por nuestra Nación, destruyendo las enormes diferencias sociales y raciales presentes en la población.

Notas:

(1) Manuel Burga Díaz “Leguía y Fujimori: Épocas diferentes, hombres distintos y un peligroso final”. Quehacer N: 107 Pág.: 20
(2) Salvador Giner. Historia del pensamiento social. Pág.: 40, 41
(3) George Ritzer. Teoría Sociológica clásica Pág.: 303
(4) Henry Pease García. “Incubando una crisis de representatividad política”. Quehacer N. 19 Pág.: 9
(5) Luís Jaime Cisneros: “En busca de una Nación”. Correo 15-05-2004
(6) op cit Pág.: 21
(7) Jorge Astete Virhuez. “República Hemipléjica”. La Razón 09-05-2004. Pág.:8
(8) Martín Santibáñez Vivanco “Hacia la segunda República” La Razón 28-07-2004, pág.: 10-11
(9) Luís Miguel Glave. La República Instalada. Pág.: 28
(10) Enrique Chirinos Soto. Historia de la República del Perú. Pág.: 175
(11) Carmen Mc Evoy. La Utopía Republicana. Pág.: 56
(12) Germán Núñez. Pensamiento Político Peruano. Pág.: 103
(13) Ibíd. Pág.: 175
(14) Pedro Planas. Balance y Recuperación del 900. Pág.: 137
(15) Ibíd.: Pág.:189-192
(16) Domingo Tamariz. Historia del Poder. Pág.:175 – 177
(17) Cesar Lévano. Caretas N. 1631. Pág.: 24 de mayo 2001

Índice

1. INTRODUCCIÓN
2. ARISTOTELES Y MAQUIAVELO
3. PARTIDO, IDEOLOGÍA Y LEGITIMIDAD
4. HISTORIA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL PERÚ
4.1. PRIMERA ETAPA
4.2. CASTILLA, VIVANCO Y ECHENIQUE
4.3. EL CIVILISMO, LOS MILITARES Y LA ARISTOCRÁCIA
4.4. LOS PARTIDOS DE MASAS
4.5. LA IZQUIERDA Y LA EXTREMA IZQUIERDA DE LOS SETENTAS.
5. REFLEXION FINAL

Efrain Nuñez Huallpayunca
Correo: [email protected]
celular: 989737483
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