Las Escapadas Románticas

Las escapadas románticas denotan algo diferente. No es como el resto de viajes que hagamos. Por eso importa tanto cuidar los detalles, tratar de conseguir que tenga en nuestra memoria el status que se merece

Bryoni Martin
10 de October · 394 palabras.

🕘 Resumen

El artículo habla sobre las lunas de miel y cómo han evolucionado con el tiempo. Antes, la luna de miel era el primer viaje que hacían los recién casados, mientras que ahora es posible que ya hayan hecho varios viajes juntos antes de la boda. A pesar de esto, las parejas siguen buscando la mejor escapada romántica para celebrar su matrimonio. Las lunas de miel son diferentes a otros viajes que se hayan hecho, por lo que se deben cuidar los detalles para que sean únicas y memorables. Además, las parejas tienen que tener en cuenta sus gustos y planificar el viaje en consecuencia. Al preguntar a las parejas que acaban de regresar de su luna de miel, se puede observar que ha sido un viaje diferente a los previos. En resumen, la luna de miel sigue siendo una experiencia única e importante para las parejas, y planificarla correctamente puede garantizar que sea un momento para recordar.

Muchas parejas, después de varios años conviviendo e incluso viviendo juntos, terminan decidiéndose casarse, bien por su iglesia o civilmente. Quizás un mero trámite, quizás algo más. En cualquier caso, después de la ceremonia, después del día y la noche de bodas, llega el la mejor de las escapadas románticas. Pero ya no es lo mismo que antes. Hace 30 años probablemente la luna de miel era el primer viaje o escapada que hacían los novios pero, ¿ahora? ¿Qué pasa ahora?

La mayoría de recién casados han hecho varios viajes juntos o escapadas, probablemente tanto a la península como al extranjero, así que es difícil pensar que les espere algo nuevo. Un viaje más, pensarán muchas personas. Tal vez. Pero creemos que es algo más.

De hecho, si te plantas en un aeropuerto y preguntas a aquellas parejas de recién casados que acaban de aterrizar de su luna de miel, o esperas en un puerto a esas otras que llegan de su crucero también celebrando su luna de miel, si te plantas ante ellas (decíamos) y les preguntas si ha sido un viaje como los demás, como las decenas que habían hecho hasta entonces, es muy seguro que te digan que no. Que ha sido diferente.

Y es que las escapadas románticas denotan algo diferente. No es como el resto de viajes que hagamos. Por eso importa tanto cuidar los detalles, tratar de conseguir que tenga en nuestra memoria el status que se merece. Tiene que ser un momento para recordar (y recordar de verdad, al margen de las cientos de fotos que haremos tragar a nuestro amigos y amigas), que sirva como anclaje para los momentos difíciles (que los habrá).

Pero cómo vamos a querer recordar un viaje donde el vuelo ha sido un desastre, el hotel era una birria y el lugar no nos ha gustado nada. Difícil. Eso es mejor olvidarlo. Algo con un nombre tan dulce está hecho para ser degustado y recordado con una sonrisa en los labios.

Planificar bien según nuestros gustos (y eso puede ser tanto tener todo cerrado como dejar que las “cosas fluyan”) es muy importante para poder conseguir lo que queremos, que no es otra cosa que pasarlo lo mejor posible, disfrutar y conseguir que nuestra escapada romántica sea inolvidable.

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