Mitos Populares del Sexo del Bebé

Desde el primer momneto que una mujer descubre que está embarazada empieza a pensar en el sexo del bebé. Si la mamá tiene antojo de dulce, ¡a comprar lana rosa! Si se pone linda, mejor pensar en celeste. ¿Será verdad?

Materna Comunidad
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18 de March · 668 palabras.
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🕘 Resumen

En la actualidad, es posible conocer el sexo del bebé mucho antes de que nazca mediante la tecnología de las ecografías. Sin embargo, aún persisten algunos métodos caseros basados en la intuición y la superstición que condimentan la espera, como la forma de la panza de la madre o ciertos antojos. En Argentina, la ley exige que se realicen al menos dos ecografías durante el embarazo para detectar el desarrollo del bebé, la edad gestacional y la vitalidad. La segunda ecografía, que se realiza en el tercer trimestre del embarazo, permite detectar la ubicación del bebé, el volumen del líquido amniótico, el ritmo cardíaco y el cordón umbilical. En general, los profesionales y los futuros padres optan por una mayor frecuencia de ecografías. A partir de la semana 20 a 25, aproximadamente, es posible ver el sexo del bebé en una ecografía cuando está en una posición adecuada. Algunos futuros padres utilizan trucos como tomar una gaseosa o comer algo dulce antes de la ecografía para facilitar la visualización del sexo del bebé.
La pregunta se repite infinitamente a lo largo del embarazo: "¿Es una nena o es un varón?" Hoy, la tecnología hace posible acortar el suspenso y conocer el sexo del bebé mucho antes de que nazca. Pero en convivencia con las modernas ecografías, aún subsisten los famosos métodos caseros, que –con una mezcla de intuición y superstición– arrojan predicciones que condimentan la espera.

Pablo y Ernestina, padres primerizos, afirman: “Queremos saber el sexo del bebé para poder empezar a llamarlo o llamarla por su nombre cuando le hablamos a la panza”. La futura abuela no esconde la sonrisa, antes de contar su anécdota preferida: “Cuando yo estaba embarazada, no existían las ecografías, pero estábamos seguros de que iba a ser un varón y se llamaría Ernesto, como mi marido. Es que la panza era totalmente en punta, parecía un cono… ¡Yo hasta le tejía batitas celestes! Pero en contra de todos los pronósticos nació ella, Ernestina”.

En la Argentina se exige, por ley, que durante el embarazo se realicen como mínimo dos ecografías, entre otros controles. La primera debe efectuarse en el primer trimestre del embarazo para detectar cuántos bebés se están desarrollando, el tiempo de este proceso (la edad gestacional) y la vitalidad, es decir el ritmo cardíaco del o de los bebés. En este estudio no puede saberse aún el sexo del bebé. La segunda ecografía exigida debe realizarse en el tercer trimestre de embarazo. Ya se detecta la ubicación del bebé, el volumen del líquido amniótico, el ritmo cardíaco y el cordón umbilical. A partir de estos requerimientos mínimos, en general los profesionales y los futuros padres optan por una mayor frecuencia de ecografías, pues es un estudio inofensivo para la madre y su hijo.

Aproximadamente a partir de la semana 20 a 25, puede verse el sexo del bebé en una ecografía. Esto es posible siempre y cuando se encuentre en una posición que permita develar el misterio. ¿Un truco que las mamás suelen usar? Justo antes de ingresar a realizarse el estudio, tomar una gaseosa o comer algo dulce. Se dice que el dulce hará que el bebé esté más activo, lo cual puede ayudar a responder la gran incógnita respecto de su sexo.

También existen otros métodos que forman parte de la cultura popular y cuya precisión no es muy alta, pero que familiares y amigos pondrán en marcha tan pronto se enteren de la noticia del embarazo. Si la futura mamá prefiere comidas saladas es varón; comidas dulces, nena. “Panza redonda es mujer y en forma de punta es varón”, reza otra máxima. Si la madre se pone linda, es un varón, si no es así, se trata de una nena. Valeria, madre de Camila, de un año, y con panza de cuatro meses dice: “Sé que es un varón porque es mucho más inquieto que ella”. Y hay otras formas populares de determinar el sexo del bebé de modo más complejo: dicen que si el cabello del primer hijo termina en la nuca en forma de “piquito”, es señal de que el que sigue tendrá el mismo sexo.

Finalmente, frente a toda panza habrá quien se ofrezca a utilizar el viejo método de la medalla de oro. Según cuentan las tías, debe suspenderse frente a la panza una medalla de oro. Lentamente empezará a moverse. Si lo hace con movimientos pendulares, será niña; si lo hace en círculos, será varón. ¿O era al revés?



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