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Náuseas en el Embarazo

El embarazo trae consigo cuidados especiales, entre ellos, una alimentación balanceada que acompañe el crecimiento del bebé en la panza.

Materna Comunidad
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18 de March · 1069 palabras.
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🕘 Resumen

Durante el embarazo, cuidar la alimentación es una de las prioridades más importantes para la futura madre. Además de asegurarse de una buena nutrición para su propio cuerpo, también debe considerar que todo lo que consuma será parte de la alimentación del bebé en su desarrollo. La dieta de la embarazada debe ser completa y equilibrada, incluyendo proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas, minerales y líquidos como agua. Si la embarazada tiene sobrepeso, el primer trimestre es un momento adecuado para hacer un ajuste en su alimentación, siempre con supervisión médica. Durante el segundo y tercer trimestre, el aumento de peso recomendable es de hasta un kilo y medio por mes. El cuidado de la alimentación debe ser complementado con ejercicio físico adecuado, y la consulta con un profesional nutricionista es recomendable para adaptar la dieta a la realidad de cada madre. Es importante tener en cuenta las proporciones de cada grupo alimentario para asegurar una dieta equilibrada. En general, el cuidado de la alimentación y de la salud en general a lo largo del embarazo permitirá una adecuada supervisión del tema junto con las recomendaciones del obstetra.
La noticia se confirmó: la llegada de un bebé será lo más importante para la mamá durante el tiempo que falte para ese maravilloso momento. Además de pensar en el nombre, saber el sexo o preparar la habitación del nuevo integrante de la familia, hay otros temas que la embarazada no debe descuidar. Quizás uno de los más importantes sea su alimentación. ¿Por qué? El cuidado del cuerpo de la madre y una ingesta sana de alimentos la beneficiará no sólo a ella, sino también al niño por nacer, ya que todo lo que la mamá coma será también parte de su alimentación.

A lo largo de la vida, las necesidades nutritivas van cambiando. En el embarazo, sucede lo mismo. La dieta de la embarazada tiene que ser completa e incluir todos los grupos alimentarios: proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales, vitaminas y también una buena ingesta de líquidos, especialmente agua. Si se llega al embarazo con sobrepeso, los primeros tres meses son los más adecuados para realizar un ajuste en la alimentación, pero sin olvidar nunca que la dieta debe ser cuidada. La consulta con un profesional nutricionista es muy recomendable, ya que podrá realizar una dieta personalizada acorde con la realidad de la madre. Complementar la dieta con caminatas o con el ejercicio físico adecuado, ayudará a preparar el cuerpo durante los meses del embarazo para llegar en la mejor forma al parto. Estos cuidados, sumados a las recomendaciones del obstetra, permitirán una adecuada supervisión del tema.

En el primer trimestre del embarazo, el bebé tiene un tamaño muy pequeño, por lo que la madre no necesita incrementar su ingesta de calorías ni modificar sus hábitos alimentarios, excepto que tenga algún problema de salud detectado por el médico. En este período, un aumento de peso considerado normal, es de alrededor de un kilo y medio. En el segundo y en el tercer trimestre, por cada mes el aumento más recomendable es de hasta un kilo y medio.

Tener en cuenta las proporciones de cada grupo alimentario es muy importante ya que esto asegura una dieta equilibrada.

Para cuidar la salud de la mamá y del bebé, también hay cosas que restringir -aunque puede no eliminárselas en su totalidad-. La cafeína, por ejemplo, presente en el café, el té y las gaseosas cola es un estimulante que como todo lo que la madre ingiere, llega al bebé a través de la placenta. Reducir su consumo es lo más adecuado. Con el alcohol sucede algo parecido. Atraviesa la placenta y circula en la sangre del bebé. Si se supera cierta cantidad, afecta negativamente al bebé y puede interferir en su crecimiento. Si bien es aconsejable suprimirlo, cada médico determinará con su paciente el criterio a seguir en este sentido.

Algunos alimentos que no deben faltar en la dieta de una embarazada
  • Leche: Descremada y vitaminizada. Consumir por lo menos medio litro diario, sola o en preparaciones (licuados de frutas, gelatina dietética preparada con leche, postres dietéticos).
  • Yogur y leche cultivada: Por lo menos un pote diario. Seleccionar la línea descremada, con edulcorantes artificiales.
  • Quesos: Como mínimo, dos porciones diarias de 50 gramos (el tamaño de medio cassette de música), cada una. De la línea bajas calorías.
  • Huevos enteros: Dos semanales. Consumirlos solos o en preparaciones dietéticas. Claras: una por día.
  • Carnes: Consumir diariamente, por lo menos, una porción de carne roja. Se recomienda incluir hígado o riñón solos o en preparaciones dietéticas dos o tres veces por semana.
  • Vegetales: Es importante incluir vegetales verdes de hoja, así como también vegetales amarillos (zanahoria, zapallo, calabaza) por lo menos tres veces por semana.
  • Frutas: Como mínimo, tres unidades, entre ellas una cítrica (naranja, pomelo, mandarina) por día.
  • Pan o galletitas: Una tostada a la mañana y otra en la merienda.
  • Aceite: Preferentemente, de oliva.

La aparición de las náuseas


Un problema por el que pasan muchas embarazadas es el de las náuseas matutinas, llamadas así aunque en muchos casos se padecen durante todo el día. El primer trimestre es clave en este sentido, ya que por lo general las náuseas desaparecen hacia el cuarto mes del embarazo.

Las náuseas son provocadas por cambios en el funcionamiento del aparato digestivo. Aparecen las hormonas placentarias como la gonadotrofina coriónica humana y la progesterona, que producen que el proceso digestivo se haga más lento y que los alimentos permanezcan más tiempo en el estómago. También están relacionadas con un descenso del nivel de azúcar en la sangre.

A veces, además del tema hormonal, hay otros factores que las exacerban, como el stress, las pastillas de hierro –recomendadas por el obstetra frente a una anemia, por ejemplo, que es normal en muchas embarazadas-, la indigestión y los olores fuertes.

La forma más aguda de este malestar se denomina hiperémesis gravídica. El exceso de vómitos reduce el nivel de líquidos y minerales y disminuye la tensión arterial. En estos casos, el criterio del médico que trata a la mamá con esta condición será la guía a considerar para un mayor bienestar.

Qué hacer frente a las náuseas


  • Comer poca cantidad de alimentos, pero con una mayor frecuencia.
  • Ingerir alimentos ricos en hidratos de carbono como las pastas, papas hervidas, pan, arroz y cereales.
  • Evitar las comidas grasas y las que tengan olores fuertes.
  • No fumar.
  • Evitar los cítricos si la embarazada nota que no le caen bien.
  • Comer caramelos ácidos.
  • Beber bebidas con glucosa o carbonatadas como la soda.
  • Antes de levantarse de la cama, tratar de comer algún alimento rico en hidratos de carbono, como galletitas de agua o tostadas y quedarse acostada unos 20 minutos más.

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