Oaxaca, un Paraíso Terrenal.

México es uno de los países más ricos en cultura y diversidad, también es una expansion territorial llena de tradiciones con arquitectura que impactará tu sentido de la vista.

Karla López
Karla López
9 de July · 324 palabras.
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🕘 Resumen

Oaxaca es considerada una joya de la historia mexicana, gracias a su peculiar balance entre sus raíces prehispánicas y la influencia colonial. La ciudad posee un movimiento cultural de gran magnitud y colorido que aún se refleja en sus calles. El centro histórico de Oaxaca es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su exquisita arquitectura en construcciones como la Catedral de la ciudad y el Templo y Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán. El estado de Oaxaca tiene una gran importancia arqueológica debido a su cercanía con Monte Albán, invaluable herencia zapoteca y uno de los sitios arqueológicos más imponentes del país, a lado de Mitla, capital de la cultura mixteca. La gastronomía oaxaqueña es un elemento clave, muchos de sus platillos y sabores como el mole, los chapulines, el chocolate y el mezcal son estandartes de la cocina nacional. Las artesanías producidas en Oaxaca están llenas de folclor y son fruto del trabajo de artesanos provenientes del interior del estado. La hospitalidad de los oaxaqueños es tan famosa como sus celebraciones, como la Guelaguetza, una de las más representativas del país desde la época prehispánica para honrar las raíces más remotas de los grupos indígenas del sur mexicano. En definitiva, visitar Oaxaca será una experiencia inolvidable para cualquier turista en busca de cultura, gastronomía y folclor.
Oaxaca es probablemente una de las joyas mejor guardadas de la historia mexicana. Se trata de una de las entidades con mayor personalidad de toda la república, debido al peculiar balance entre sus raíces prehispánicas y la influencia colonial que adoptó tras la conquista española, lo cual arrojó como consecuencia un movimiento cultural de tal magnitud y colorido que persiste en sus calles hasta nuestros días.
El talante colonial de la ciudad de Oaxaca se funde con la fuerte presencia de grupos étnicos que aún habitan y dan color al estado. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su exquisita arquitectura en construcciones como la Catedral de la ciudad, el Templo y Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán.
Por otra parte, la importancia arqueológica del estado se mantiene vigente debido a su cercanía con Monte Albán, invaluable herencia zapoteca y uno de los sitios arqueológicos más imponentes del país, a lado de Mitla, capital de la cultura mixteca.
La gastronomía oaxaqueña es un elemento clave de la ciudad y, en general, dentro la comida tradicional mexicana. Muchos de sus platillos y sabores como el mole, los chapulines, el chocolate o el mezcal, son estandarte de la cocina nacional y apenas la punta del iceberg de un sinfín de manjares provenientes de esta región.
Las artesanías producidas en Oaxaca están llenas de folclor y son fruto del trabajo de las manos de artesanos provenientes del interior del estado, quienes dominan las artes manuales y las concretan en piezas de barro negro, textiles y coloridos alebrijes.
La hospitalidad oaxaqueña es tan famosa a nivel mundial como sus celebraciones, como la Guelaguetza, una de las más representativas del país y que se lleva a cabo desde la época prehispánica para honrar las raíces más remotas de los grupos indígenas del sur mexicano.

Sin duda, visitar este destino mexicano será una experiencia inolvidable.

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