¿Se Necesita Técnica o Deseos de Enseñar?

Hace unos días en la materia que llevo de la maestría, el instructor nos pidió que escribiéramos algo sobre lo que mas nos había impactado como alumno o como maestro.

Martin Ramos
Martin Ramos
17 de December · 1071 palabras.
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🕘 Resumen

El autor, que se considera más alumno que maestro, relata su experiencia en la preparatoria hace 28 años. Recuerda la materia de matemáticas, donde, aunque sí soportaba y trataba de entender las explicaciones del profesor, siempre tenía problemas para seguir y comprender las instrucciones en la primera media hora de la clase. La segunda media hora se la pasaba tratando de deducirlas y faltando cinco minutos para el final de la clase, el maestro comenzaba a desarrollar el ejercicio. El autor confiesa que en realidad el maestro le enseñaba a él y no al revés. En sus propias palabras, el maestro era el que entendía la materia. Su esfuerzo para comprender la materia a través del año escolar consistió en pedir ayuda a otros estudiantes, pero de manera inconsciente se auto engañaba diciendo que sí entendía. El resultado final fue una calificación reprobatoria, que dejó al autor en evidencia de que no había aprendido nada. El autor reflexiona sobre su experiencia y va más allá al hacer notar que muchas veces los profesores dictan clases no para enseñar, sino para cumplir.
Quiero decir con esto que no soy maestro, soy alumno y creo que lo he sido toda mi vida en estos 43 años recién cumplidos, todo el tiempo he aprendido, es decir siempre hay algo nuevo cada día para aprender; pero bueno retomando lo que nos había pedido el maestro, recordé como dije mi tiempo de alumno de hace casi veintiocho año cuando estaba en la preparatoria y es de aquí que donde quiero empezar a comentarles a ustedes lo que me paso y lo que veo hoy en día con mi hija en la preparatoria, para después reflexionar con ustedes.

Cuando estaba en la preparatoria, en el primer grado, de las materias que cursaba en ese tiempo, recuerdo muy bien la de matemáticas, y por qué han de preguntarse algunos y otros se lo imaginan, bueno recuerdo que llegaba el maestro y empezaba hacer sus trazos en el pizarrón, y por mas que yo quería seguir con atención las X’s y las Y’s , la primera media hora, que era lo que tomaba él como explicación para un grupo de cincuenta estudiantes, me quedaba en la confusión, hasta que llegaba la segunda parte de la hora de la clase en la cual trataba de seguir o deducir las instrucciones que nos había dejado el maestro, y faltando cinco minutos para la campanada de final de clase, el maestro empezaba a desarrollar el ejercicio, pero la verdad para mí, creo que la explicación era para él, y por no quedar como tonto decía que le entendía, y creo que le entendía en los primeros dos o tres pasos, pero bueno ya vería como resolvería los demás.
Así fue durante el resto del año escolar, y mis calificaciones no fueron las mejores, pedía ayuda a quien tuviera conocimientos de matemáticas, y siempre decía ya le entendí, pero al final me daba cuenta que era falso lo que me decía a mí mismo, y me preguntaba por qué?, bueno para no alargar mas esto, llegó la calificación final y era reprobatoria, todas las calificación de cada unidad fueron de cinco, es decir que me quedaba con un 50% de error o qué era lo que sucedía.

Bueno, había que prepararse para el extraordinario que era en treinta días, a partir de los últimos días de junio, y la pregunta era quién me va ayudar o nos va ayudar porque éramos varios compañeros con ese problema; así que buscando, llegamos con unos estudiantes universitarios que habían creado una especie de empresa que se dedicaba a regularizar a estudiantes en problemas, creo que el grupo que se armó no era mas de doce o quince no recuerdo, pero lo que sí les puedo decir, que el instructor nos alentó a tener deseos de aprender las matemáticas, cada vez que explicaba el maestro de ese curso me quedaba claro cada paso de los ejercicios y su método era pasarnos al pizarrón y explicarle a los demás como íbamos desarrollando el ejercicio y apoyarnos entre nosotros para la solución.

Saben, cuando lleve este curso me sentía mas seguro en las matemáticas, y hasta le explicaba a los demás, y siempre quería pasar al pizarrón, pero como dicen: “ no hay plazo que no se cumpla”, y llegó el examen, lo presenté sintiendo una seguridad para realizar las operaciones y todo lo que hacía lo cumplía en el orden que había practicado durante casi cuatro semanas, terminé y lo volvía a repasar, hasta que estaba seguro que todo estaba bien, y así quedó.

A la semana siguiente faltando unos días para entrar al segundo grado, entregaron calificaciones, en todos había gran expectación por ver las listas y como habíamos salido, yo aun no llegaba a ver la lista, cuando un compañero me dijo felicidades, “eres el primero que obtiene un ocho con este maestro en extraordinario”, así que me quede pensando, yo se que tengo el diez, pero bueno, ya estoy del otro lado y todos a los que me encontraban me felicitaban, me hacían sentir como si hubiera obtenido un diez, en un examen que nadie quería presentar.

Tiempo después me encuentro con los mismos problemas con mi hija, ella cursa en estos momentos la preparatoria, y con el mismo problema, le pedí que fuera con los estudiantes de universidad que regularizan, y lo hizo fue, y cuando salió de la primera clase o semana de clases con ellos, me dijo” ya le entendí”, y me hizo recordar muchas cosa y reflexionar, además de que en la materia que llevo en este momento en la maestría, se llama habilidades de la enseñanza, me ha dado recursos o elementos para aplicar en la enseñanza, desde apoyos visuales hasta técnicas verbales, etc..

Pero creo que lo mas importante que siempre hay que recordar es las ganas de querer enseñar y ver como los demás aprenden, esto es lo mas motivante, cómo aplicas las técnicas o herramientas, ya que éstas no son nada, si no hay un interés por ver en los demás reflejado el conocimiento, y mostrarles las ganas de que aprendan, porque cualquiera puede aprender técnicas y llegar aplicarlas, pero sin alma y motivación, estas no son nada.

Esto es lo que debemos recordar, cada vez que entremos a un salón o aula, a compartir conocimientos, que lo hagamos con corazón y con deseos de que a quienes estamos enseñando le vamos a dejar la motivación de querer saber mas, creo y lo se por experiencia propia, con maestros en la universidad, que a pesar de que las materias en las cuales, eran de recordar eventos, o cómo se organizaban los gobiernos, había un maestro en especial que contaba anécdotas de lo que había pasado en cierto lugar o con tal gobierno, ¿y que es lo que sucedía?, pues que nos interesaba mas en saber qué, cómo o cuándo y de qué forma se había solucionado tal situación, siempre pedíamos mas de él o de la historia.

Así que, si tienes ya descritas cuales son las técnicas para enseñar, solo te pido que lo hagas de corazón y con ganas de que los demás aprendan, y que no solo repases para ti lo que aprendiste, si no que se transmita a los demás. La conexión eres tú entre el conocimiento y los que quieren aprender, así que siente lo que explicas o enseñas.

Martín Ramos Hernández

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