Lo Retro: el Gusto por el Pasado

Lo Retro en cualquier campo tiene un sabor especial, un encanto difícilmente superable por las últimas tecnologías y por ello ha sido, es y será tendencia. Un teléfono de pared antiguo, una vieja máquina de escribir, tú faldón bautismal, el sonido de un tocadiscos, o la empresa de tu abuelo…

Knilsson Brown
Knilsson Brown
17 de October · 404 palabras.
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🕘 Resumen

La tendencia retro está de moda en la decoración, y cada vez hay más bares y restaurantes que buscan recrear épocas pasadas para estimular la imaginación de sus clientes. No se trata sólo de disfrutar de la comida, sino también de viajar al pasado y revivir momentos ya olvidados o incluso entrar en una época histórica que nunca vivimos. La decoración retro recrea épocas atractivas como el oeste, los años 50 o 60, o incluso escenarios de series de televisión como Cheers. Desde que entramos por la puerta, nos sentimos atraídos por la imagen de detectives solitarios y femmes fatales de piernas interminables creados por Dashiell Hamett y recreados en películas como The Maltese Falcon. La decoración retro estimula nuestra imaginación y nos hace sentir parte de una época pasada. Por eso, cada vez más hosteleros decoran sus establecimientos con este estilo, transformando su bar o restaurante en un escenario inolvidable.
Lo retro está de moda. En la moda vuelven tendencias de hace décadas, en la música el vinilo ha recobrado una vida que parecía perdida y es señal de edición cuidada, y en la decoración no podía ser menos. En las ciudades cada vez abundan más los bares con decoración retro y no se puede decir que sean ni mucho menos minoritarios.

Nos gusta recordar. Viajar al pasado para revivir momentos ya casi olvidados o incluso ir más allá, trasladamos a un momento histórico ni tan siquiera vivido, del que sabemos sólo a través de la películas que hemos podido ver o los libros que hayamos leído. Sin embargo, esa sensación de estar donde no nos corresponde, de tocar algo que nos debería estar vedado, es algo sumamente estimulante.

Los bares y restaurantes con decoración retro es lo que tratan de conseguir. No sólo estimularnos a través de la comida (que no nos engañemos, sigue siendo lo principal) sino a través de la imaginación. El oeste, los años 50 o 60… Son todas épocas que están en nuestro imaginario colectivo y son muy atractivas.

Pero hay más, también podemos encontrarnos en un bar, al que accedemos tras bajar unas escalerillas, y encontrarnos con aquél mítico Cheers, aquél garito de la sitcom homónima que tanto nos hizo reír (y que recientemente está en boca de todos por una fallida serie española).

De lo que se trata, como podemos ver, es de estimular nuestra imaginación desde el principio. Desde que entramos por la puerta y vemos en las paredes a aquellos detectives solitarios creados por Dashiell Hamett y que luego el cine recreó también (cómo el Sam Spade del Halcón Maltés). ¿Cómo no sentirse atraído? ¿Cómo no sentirse como un voayer que mira todo a través de un agujero, sin que nadie le vea? O mejor, ¿cómo no sentirse parte de aquella época, compañero de fatigas de ese detective malcarado o seducido por aquella femme fatale de piernas interminables o…

Es por ello, porque nos gusta, porque es divertido y atractivo, que cada vez más hosteleros se pasan a lo retro, decoran su bar o restaurante como si de otra época se tratara, en el que al entrar, de la segunda década del siglo XXI nos trasladamos a otra más remota, menos precisa, más alejada de nosotros y, por eso, sumamente estimulante.

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